Cada vez son más los que optan por los préstamos al consumo para financiarse, a pesar de que se han encarecido en el último año 2,75 puntos porcentuales, situándose ahora en el 13,7%, lo que aumenta el riesgo de morosidad.
La subida del interés de estos préstamos ha sido muy rápida, “más incluso que el de las hipotecas a tipo fijo”, asegura Antonio Gallardo, experto financiero de Banqmi, debido a que “el riesgo de morosidad es más alto en los préstamos personales”. En el primer trimestre, la tasa de morosidad ha subido al 4,36%.
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Un riesgo que, por el momento, no frena a las entidades financieras, que han aumentado la concesión de préstamos personales, al contrario de lo que han hecho con otro tipo de créditos. Así, según los últimos datos del Banco de España, mientras que el crédito concedido a las familias, principalmente el destinado a las hipotecas, cayó un 2% en mayo respecto al mismo mes del año anterior, hasta los 13.783 millones de euros, los préstamos dirigidos al consumo crecieron un 3,4% en tasa interanual, hasta los 96.208 millones de euros, y en tasa mensual ascendieron un 0,6%.
Captar liquidez y saldar deudas
Los principales motivos que impulsan a los consumidores a contratar estos préstamos son obtener liquidez y refinanciar las deudas, seguidos por la compra de vehículos, las reformas del hogar, los viajes y las vacaciones, según recoge el V Barómetro de préstamos al consumo elaborado por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin).
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Antes de optar por uno de ellos, los expertos recomiendan pensárselo mucho: “Lo primero que tienen que tener en cuenta los que estén valorando contratar uno es su capacidad de pago, ya que muchos préstamos se piden solo por tener liquidez y el problema principal en estos casos es que, agotado el dinero, se tiene una nueva deuda”, señala Gallardo, por ello, tienen que “tener la certeza de que pueden devolverlo”.
Una vez tomada la decisión, recomienda analizar y comparar préstamos para conseguir la TAE más baja y ajustar la cuota. En ese sentido, nunca hay que dedicar más del 35% del sueldo neto mensual al pago de las deudas financieras, señala Javier Mézcua, experto en finanzas personales de HelpMyCash. También considera importante “tener un trabajo estable que asegure cobrar unos ingresos regulares y disponer de un fondo de emergencias para poder pagar las cuotas si surge algún imprevisto”.
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Los más baratos
Otro factor importante es elegir la entidad en la que solicitar el préstamo. Así, las financieras cobran un interés a corto plazo mayor que el de los bancos, un 17,42% frente al 12,16%.También a largo plazo cobran más, un 13,13%, mientras que el de los bancos se sitúa de media en el 11,43%.
Ello es debido según Estefanía González, directora de contenidos del comparador Kelisto, a que las financieras “no tienen un histórico tan amplio del cliente como puede tener su propia entidad bancaria, con lo que el riesgo, pese a los análisis que se realicen, siempre es algo mayor”.
Otro de los motivos es que, al contrario de lo que ocurre con los bancos que conceden préstamos con cierta vinculación, las financieras no pueden lograr ingresos extra por sus préstamos a través de otras vías, lo que, según la experta, “explica que el ritmo de crecimiento de los precios haya sido mayor en las financieras que en los bancos”.
Por ello, Antonio Gallardo cree que, como norma general, “los bancos son más baratos”. Entre las mejores ofertas, el comparador Kelisto, destaca el préstamo de Revolut, con un interés del 3,49%, el más bajo del mercado; y los de Lea Bank, con un 3,95%; Bankinter Consumer Finance, con un 4,45%; Openbank, con un 4,95%, y el Préstamo Personal Santander, con el 5,45%.
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