Sergio Rodríguez completa el blindaje de la guardia pretoriana del Real Madrid: otro año más de ‘chachismo’

Sergio Rodríguez se había ganado, por méritos deportivos, dar continuidad a su segunda etapa en el Real Madrid de baloncesto. Cual hijo pródigo, el base canario regresó a la disciplina blanca el verano pasado para volver a conquistar el corazón de los aficionados en un final de curso excepcional: la undécima Euroliga del club no podría explicarse sin el Chacho, que encandiló a todos como antaño cuando más perdida parecía la causa europea. Esas últimas semanas sentando cátedra en la pista han sido claves para ejecutar su renovación (firmó un contrato de 1+1) hasta 2024. Un secreto a voces confirmado este miércoles y que sirve para que la guardia pretoriana madridista, en la que le secundan Sergio Llull y Rudy Fernández, quede apuntalada, al menos, una temporada más.

En su entorno ya dejaron caer a Infobae España que la permanencia en el Madrid estaba bien encaminada: si el jugador quería (y claro que ese era su deseo), continuaba. Así ha sucedido, porque estaba claro que el tinerfeño disfruta, y mucho, ejerciendo su pasión (no sabe entender el baloncesto de otra manera) con la camiseta del Madrid. Ya gozó e hizo gozar en la capital española antes de regresar a la NBA y, al estar de vuelta en Europa, nunca descartó reincorporarse a la plantilla. Su sentimiento siempre fue genuino, a pesar de las dudas que parte de la hinchada tuvo. Sobre todo, cuando decidió fichar por el CSKA de Moscú.

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Confirmar 12 meses más de ‘chachismo’ sirve para que los veteranos con mayor solera de la canasta blanca, junto al francés Fabien Causeur, unan fuerzas por enésima campaña. Primero, se ató a Llull, hace apenas una semana. Este martes, a Rudy. Y ahora, a Sergio Rodríguez. Un movimiento para blindar el alma del madridismo cestista, cuya historia reciente no se entendería sin este Big Three a la española: suman la friolera de 84 títulos a lo largo de toda su carrera a nivel de clubes y selección, con especial incidencia del Madrid en tal empacho de reconocimientos.

En el caso del Chacho, 14 de sus 23 entorchados han llevado el sello blanco: dos Euroligas, una Copa Intercontinental, tres Ligas, cuatro Copas del Rey y cuatro Supercopas en siete temporadas. De momento, sumará una más en su historial, con un verano de descanso por delante. A diferencia de Llull y Rudy, que siguen compitiendo con España y empezarán a pensar en el Mundial a partir del 26 de julio.

Ahora mismo, el contrato a más largo plazo que presenta la alineación del Madrid es el de Gaby Deck, hasta 2028. Le seguirá el de su compatriota Facundo Campazzo, una vez se confirme su regreso hasta 2026. Carlos Alocén, Alberto Abalde y Guerschon Yabusele están en nómina hasta 2025. Y en 2024 terminan su vinculación, en principio, Llull, Chacho, Causeur, Rudy, Dzanan Musa, Mario Hezonja, Walter Tavares, Eli Ndiaye y Vincent Poirier.

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Hay muchas incógnitas abiertas entre todos esos nombres y habría que afrontar varias renovaciones, con la de Tavares presumiéndose la más urgente de todas ellas. Entretanto, el máximo rival parece decidido a hacerse con los mejores cupos (jugadores formados en España) disponibles. La jugada maestra del Barça en los despachos, en un verano en el que parecía que el conjunto azulgrana iba a mantener un perfil bajo, empieza a ser digna de mención en lo que respecta a atraer talento nacional.

Ya se oficializó la llegada de Joel Parra a la Ciudad Condal (hasta 2027) y parece inminente que se concrete la de Willy Hernangómez. Además, también suenan con fuerza su hermano Juancho y Darío Brizuela. Movimientos todos ellos más que interesantes y de presente-futuro: mientras el Madrid premia, de momento, la veteranía que tantos réditos le ha dado últimamente, el Barça confía su mejoría, sobre todo a nivel continental, a los nuevos referentes de La Familia.

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