El sí quiero mediático de Tamara Falcó a Íñigo Onieva dejará huella en la historia de las exclusivas al situarse entre las mejor pagadas: un millón de euros, que se repartirá la pareja al 50%, según la prensa del corazón. A pesar de su precio desorbitado, a la revista ¡Hola! le ha salido rentable la exclusiva, y no tanto por los 2,70 euros que cuesta cada ejemplar, que se agotaron a las pocas horas de salir a los quioscos y que amplió al día siguiente con nuevas tiradas, sino por las 34 páginas completas de publicidad que lleva el número de la boda. Además, el enlace seguirá generando ingresos a la publicación, ya que ha previsto sacar el próximo número con “las mejores imágenes de la fiesta y todas las anécdotas y sorpresas de este gran acontecimiento que ha dado la vuelta al mundo”, ha anunciado.
La exclusiva de 50 páginas, con más de 100 fotografías, que incluye dos breves entrevistas a Tamara Falcó y a su madre Isabel Preysler, tiene otra clara beneficiada: Hacienda. Las arcas públicas ingresarán entre 220.000-225.000 euros, solo por los 500.000 euros que cobrará Tamara Falcó, a lo que hay que añadir la tributación de Onieva, según explica a Infobae España José María Mollinedo, portavoz del Sindicato de Técnicos de Hacienda (GESTHA): “Los impuestos de 220.000 respecto a los 500.000 euros de la exclusiva es la cantidad incremental que tendría que pagar Tamara Falcó, a lo que habría que añadir la cuantía procedente de otros ingresos adicionales que tenga este año”.
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El experto de Gestha afirma que la exclusiva tributa en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) debido a que la publicación no muestra solo fotografías -en cuyo caso tributaría como los derechos de imagen-, sino que incluye, dos entrevistas: “Si solo fueran fotografías serían derechos de imagen lo que tributa como rendimiento de una actividad económica”. Insiste en que “la totalidad de impuestos que Falcó tiene que declarar a Hacienda sería la relacionada con la exclusiva más la parte que corresponda al resto de ingresos que obtenga este año. Para saber su tributación exacta habría que conocer el resto de sus ingresos, un dato que no tenemos”.
Lo que sí sabemos es que entre ellos destacan los obtenidos por su trabajo en El Hormiguero, donde cobra unos 2.500 euros por programa, o lo que es lo mismo, un mínimo de 10.000 euros al mes. A los que se suman los emolumentos que provienen de su trabajo como influencer, por cada post en el que anuncia marcas cobra entre 3.000 y 4.000 euros, recoge El Mundo; los de trabajos puntuales para marcas como Sisley o Porcelanosa, y los generados por su asistencia a eventos, cuyo caché ronda los 50.000 euros. Otra parte de sus ingresos proviene de su faceta como diseñadora de la marca TFP by Tamara Falcó, para Pedro del Hierro, cuyo contrato puede rondar los 100.000 euros, según fuentes del sector.
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Saltarse la tributación
Algunos famosos que cobran exclusivas puede tener la tentación de ahorrarse impuestos y vehiculizar esos ingresos a través de sociedades interpuestas en países de escasa o nula tributación, recuerda Mollinedo, una práctica “no recomendada”, señala el experto ya que “la Agencia Tributaria persigue a fondo estos casos y cuenta cada vez con más herramientas para descubrir al defraudador”, por ello “cada vez es más difícil que escapen del control fiscal”.
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Uno de estos casos lo protagonizó Borja Thyssen, al que la Fiscalía acusó de no declarar dos exclusivas de ¡Hola! a Hacienda, delito por el que le pedía 2 años de cárcel y 1,2 millones de euros, algo menos que lo que le pagó la revista, 1,4 millones, a través de la sociedad Gobrach LCC domiciliada en Las Vegas.
En este caso, la justicia sentenció a favor del ‘famoso’ que alegaba residir en Andorra más de 183 días al año para no tributar en España y salió absuelto al no quedar acreditado que fingía que residía en Andorra.
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