Carlos Alcaraz ya es el tenista más joven en alcanzar las semifinales de Wimbledon desde 2007. El número uno del mundo logró el hito este miércoles tras derrotar, en el partido más juvenil que se recuerda en el All England Tennis Club, a Holger Rune ((7-6 [3], 6-4, 6-4). El encuentro entre el español y el sexto clasificado del ranking ATP estuvo marcado por la espectacularidad en muchos momentos, con puntos tan sonados como el que el propio Grand Slam de la hierba ha elegido como el mejor de la jornada.
“Usando cada truco del libro”, se pudo leer en la cuenta del tercer grande del curso en Twitter a la hora de describir el intercambio que protagonizaron Alcaraz y Rune. Servía el danés, al que el murciano empezó moviendo de lado a lado de la pista para después obligarle a subir a la red. Una vez que ocurrió esto, el mejor tenista del mundo lanzó un globo que llevó a su otrora expareja de dobles a dar marcha atrás rápidamente.
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Rune pudo responder, pero se encontró, a continuación, con una de las cada vez más perfeccionadas dejadas de Alcaraz. Vuelta a situarse junto a la cinta, para replicar... antes de que el de El Palmar se apuntase el punto con un paralelo incontestable. No pudo si no celebrarlo con una sonrisa y agitando su raqueta: verdaderamente había vuelto loco a su adversario con tanta subida y bajada.
Alcaraz no levanta el pie del acelerador
La balanza empezó a decantarse a favor del murciano tras un primer set en el que su empecinamiento y el de Rune en no dar el brazo a torcer forzaron que todo se decidiese en el tie-break. Tras una retahíla de puntazos soberbia a un lado y otro de la red, Alcaraz tomó la iniciativa para no volver a soltarla en un desempate en el que él no tembló. A diferencia de uno de sus grandes rivales de niñez, que falló en el peor momento (doble falta y resto erróneo). Pequeños detalles que el de El Palmar aprovechó para pasar a comandar el electrónico.
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El líder de la ATP no cedió ni un servicio a Rune en todo el encuentro. Si quedaba alguna duda en su interior, la disipó a partir de la segunda manga, en la que volvió a provocar errores no forzados del número 6 del ranking en un momento trascendental: el 4-4. Menos tardaría en restar a la perfección en el tercer set, ya que volvió a arrebatarle el saque a Rune con un 2-2 en el marcador. Ahí empezó a morir el duelo: toda resistencia supuso alargar lo inevitable y Medvedev ya espera a Alcaraz en la próxima ronda.
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