El mercado eléctrico ya comienza a acusar los beneficios vinculados al impulso de las energías renovables. En concreto, la instalación de potencia solar y eólica en nuestro país ha permitido un ahorro de 23.700 millones durante los cinco primeros meses de este año. El mayor peso de las renovables en el mix permite abastecer la demanda de nuestro país en detrimento de energías más caras (y contaminantes), lo que abarata el recibo eléctrico para la industria y los hogares.
Según los cálculos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2022 el ahorro generado por la instalación de energía solar y eólica ascendió a 22,4 millones, un 5,8% menos de lo que se ha ahorrado en los cinco primeros meses de este año, lo que muestra como la potencia instalada a cierre de 2022 ya comienza a repercutir de manera notable en los precios del mix. Un ahorro, que según las previsiones del organismo se incrementará aún más a lo largo de este año, alcanzado a cierre de 2023 un ahorro acumulado anual de más de 83 millones de euros.
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Los resultados del informe de la AIE muestran que sin el crecimiento de la capacidad fotovoltaica y eólica en los últimos dos años, los precios mayoristas promedio de la electricidad serían un 15% más elevados en 2023, año en el que se espera que el coste medio ronde los 100 euros/MWh. En el sistema eléctrico de nuestro país, el parque generador de energía eléctrica es cada vez más limpio: en el año 2022 se ha producido un incremento de potencia instalada renovable del 9,1% respecto al año anterior, según los datos de Red Eléctrica.
Destaca el incremento de potencia instalada eólica del 4,9% experimentado durante el año 2022, por lo que sigue siendo la tecnología de generación con más potencia instalada peninsular, con un total de 29.417 MW y representa más de la cuarta parte de toda la potencia instalada en el sistema eléctrico peninsular. A lo largo del pasado 2022, la potencia instalada solar fotovoltaica ha sido la que más se ha incrementado en el sistema eléctrico peninsular, incorporando en torno a 4.400 MW al parque de generación.
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El Gobierno ha llevado a cabo un procedimiento temporal que se extenderá hasta 2024 para conceder aprobaciones medioambientales para la energía eólica de menos de 75 megavatios y parques solares con una potencia no superior a 150 megavatios, lo que ha permitido que España se consolide como el cuarto país del mundo en la expansión de acuerdos corporativos de compra de energías renovables, según el citado informe de la AIE.
Sin embargo, las medidas de intervención del mercado eléctrico llevadas a cabo para frenar el impacto que la guerra de Ucrania estaba teniendo en los consumidores están teniendo un efecto disuasorio en las grandes empresas. De esta forma, el tope al gas, los contratos bilaterales de energía o los impuestos extraordinarios a las energéticas han hecho que los grandes desarrolladores se abstuviesen de pujar en las últimas subastas españolas, adjudicando tan sólo 223 megavatios, en contraste con los más de seis gigavatios de 2021.
Pese a ello, 2023 va a ser un año clave para la transición ecológica en España: según las estimaciones de Red Eléctrica las energías renovables podrían alcanzar el 50% de la generación eléctrica anual. Estos datos, sujetos todavía a una elevada incertidumbre, prevén que el aporte de la eólica y toda la solar podría llegar al 42%, reduciendo así la entrada de los ciclos combinados, más caros y contaminantes en el mix.
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