Alcaraz no baja revoluciones ante Rune y se cita con Medvedev en semifinales de Wimbledon

En otra jornada cargada de solidez, el número uno del mundo se impuso en el duelo juvenil de cuartos de final para seguir rompiendo barreras en el Grand Slam de la hierba (7-6, 6-4, 6-4)

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Carlos Alcaraz durante los cuartos de final de Wimbledon (REUTERS/Hannah Mckay)
Carlos Alcaraz durante los cuartos de final de Wimbledon (REUTERS/Hannah Mckay)

Carlos Alcaraz sigue escribiendo capítulos del que ya es, sin lugar a dudas, el mejor Wimbledon de su vida. Con la moral por las nubes después de estrenar su palmarés en hierba en Queen’s, el tenista número uno del mundo quiere seguir de dulce, a toda costa, en Londres. Partido tras partido, parece empeñado en conseguir brillar también en el Grand Slam del pasto, donde sólo Jarry y Berrettini han conseguido arrebatarle un set en lo que va de torneo. Holger Rune, que tan bien le conoció cuando todavía eran niños, ya no podrá decir lo mismo: el español le despachó en tres mangas para colarse, por primera vez, en la antesala de la final del tercer grande del curso (7-6 [3], 6-4, 6-4).

No contento simplemente con el hito de estar en semifinales en la Catedral del deporte de la raqueta, Alcaraz se ha convertido en el tenista más joven con presencia en esta ronda de Wimbledon desde 2007. Lo consiguió en un nuevo ejercicio de solidez en su juego: aguantó las embestidas contrarias cuando más igualado estuvo el encuentro y aprovechó sus oportunidades de marcar las diferencias cada vez que estas se presentaron.

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La balanza de la oda a la juventud que supusieron estos cuartos de final se decantó a favor del murciano tras un primer set en el que su empecinamiento y el de Rune en no dar el brazo a torcer forzaron que todo se decidiese en el tie-break. Tras una retahíla de puntazos soberbia a un lado y otro de la red, Alcaraz tomó la iniciativa para no volver a soltarla en un desempate en el que él no tembló. A diferencia del que fuera su pareja de dobles años atrás, que falló en el peor momento (doble falta y resto erróneo). Pequeños detalles que el de El Palmar aprovechó para pasar a comandar el electrónico.

Alcaraz en acción en cuartos de final de Wimbledon (REUTERS/Dylan Martinez)
Alcaraz en acción en cuartos de final de Wimbledon (REUTERS/Dylan Martinez)

El resto vuelve a sonreír a Alcaraz

Empapado en confianza (para la historia, también, su grito enérgico sinónimo de primer set), el líder de la ATP no cedió ni un servicio a Rune en todo el encuentro. Si quedaba alguna duda en su interior, la disipó a partir de la segunda manga, en la que volvió a provocar errores no forzados del número 6 del ranking en un momento trascendental: el 4-4. Entonces, otra doble falta y otro resto que murió en la red dejaron el break de Alcaraz en bandeja. Con un revés paralelo, lo consumó. Poco después, hizo lo propio con el set.

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Menos tardaría en restar a la perfección en el tercero. Con 2-2, volvió a arrebatarle el saque a Rune, que no pudo con una de las ya características dejadas de escándalo de Alcaraz y falló en la red. Ahí empezó a morir el duelo: toda resistencia supuso alargar lo inevitable. El de Gentofte no tuvo más remedio que claudicar tras su primer gran Wimbledon. Pudo más idéntica experiencia por parte del campeón del último US Open, que mantiene vivo el sueño de levantar el trofeo en la icónica Pista Central.

Rune contra Alcaraz en cuartos de Wimbledon (REUTERS/Dylan Martinez)
Rune contra Alcaraz en cuartos de Wimbledon (REUTERS/Dylan Martinez)

Daniil Medvedev será su rival este viernes, después de acabar con la gran sorpresa de la competición, Christopher Eubanks. El ruso, número 3, se clasificó tras ganar una auténtica batalla contra el estadounidense, que llegó a fantasear con el triunfo. Tanto es así que tuvo que disputarse un quinto set para que el próximo rival de Alcaraz prosperase (6-4, 1-6, 4-6, 7-6 [4], 6-1). Es el último escollo que le queda antes de la hipotética final contra Novak Djokovic que todos esperan ya en el All England Tennis Club.

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