El alley-oop de espaldas para reventar el aro en plena final de la Copa del Rey, todo descaro y con apenas 18 años. Otro vuelo, este de recorrido más corto pero igual de efectivo, para darle un triunfo sobre la bocina al Joventut de Badalona en la Euroliga. Por supuesto, el mate sin ningún tipo de pudor delante de las narices de Dwight Howard en todo un duelo por el título olímpico contra Estados Unidos. Y los triples de todos los colores, con el fusil siempre bien cogido (Andrés Montes sabía lo que decía). También la conexión con el Chacho. Al igual que el concurso de mates de la NBA, con homenaje incluido al pionero Fernando Martín. Y la maldita lesión de espalda en Estados Unidos. Y la defensa de categoría. Todo eso ha sido Rudy Fernández a lo largo de una de las carreras más sobresalientes del baloncesto español. Cuyo final bien podría estar ya, para lágrima generalizada, cercano.
Es lo que se deduce de dos anuncios especialmente señalados que han tenido por protagonista al alero balear en los últimos días. El más inmediato ha tenido lugar este martes, cuando el Real Madrid ha comunicado que uno de sus capitanes renueva por una temporada, hasta el 30 de junio de 2024. Aún no está claro si el próximo será el último curso de Rudy en las filas blancas, aunque bien podría ser así. De hecho, la otra noticia relacionada con él que se ha conocido hace escasas jornadas es su despedida de la selección española una vez que concluyan los Juegos Olímpicos de París.
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El propio Fernández, ya con 38 años y que también será de la partida en el próximo Mundial, lo afirmó de viva voz en su campus veraniego. Líder del vestuario español, ya levantó la copa tanto en la última edición mundialista como en el pasado Eurobasket. Estará en su deseo seguir acumulando hitos en los próximos meses tanto con el equipo nacional como con el Madrid. Porque todo apunta a último baile. Y más ante el aniversario redondo que espera a Rudy el año que viene.
20 años entre los mejores
2004 supuso la venida del estrellato para el que entonces era la última joya de la corona de la inagotable cantera de talentos del Joventut. Aquel febrero, la Copa le perteneció a un chaval de 18 años con el pelo rizado, explosivo como él solo. Qué facilidad para anotar. También para realizar mates de esos ante los que es imposible no levantarse del asiento. La Penya cayó en la final de esa edición copera, pero él, a pesar de todo, fue elegido MVP (mejor jugador) del evento. Cosa bastante insólita cuando los que ganan son otros.
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Su primera temporada de sobresaliente en la élite le valió el debut en una gran competición con España: los Juegos Olímpicos de Atenas. A partir de ese año tan especial, uno de los más sonados de su carrera, le sobrevino todo: aún más galones en un Joventut y en una selección de los que se convirtió en leyenda viva, la NBA de la mano de los Portland Trail Blazers y los Denver Nuggets, la llegada al Real Madrid para quedarse a partir de 2012...
Cualquiera firmaría tener un historial igual o parecido al de Rudy, porque realmente asusta: dos Mundiales, cuatro Eurobasket, tres medallas olímpicas (dos platas y un bronce), una plata y un bronce continentales, tres Euroligas, seis ACB, seis Copas del Rey, ocho Supercopas, una Eurocup, una EuroChallenge y un largo etcétera si también echamos un vistazo a los logros individuales. Entre todos ellos, destaca que estamos ante el segundo baloncestista español con más internacionalidades de la historia, 247. Empieza a aclararse que superará las 253 de Juan Carlos Navarro antes de colgar la camiseta.
Más allá de la edad, que no perdona (y bastante ha capeado el temporal Fernández en materia física), hay un anhelo familiar detrás de ese adiós a la selección, quién sabe si con 13 medallas con España tras su 13ª temporada como madridista, en París 2024. Porque Rudy Fernández le prometió a su padre, fallecido en 2022, que su último torneo sería en la capital francesa. Pero no lloren ni se vayan todavía: en el caso de que efectivamente llegue el final, todavía restan unos cuantos meses para disfrutar y despedir como se merece a una de las grandes estrellas de la canasta española. De esas a las que siempre recordaremos por el qué y el cómo.
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