Así hubiese sido ‘The Idol’ si no la hubiese dirigido Sam Levinson

El proyecto inicial, antes de la entrada del creador de ‘Euphoria’ y del cantante The Weeknd, tenía una estética mucho más luminosa y desenfadada de la mano de la directora Amy Seimetz

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Así hubiese sido 'The Idol' de no haber estado dirigida por Sam Levinson
Así hubiese sido 'The Idol' de no haber estado dirigida por Sam Levinson

The Idol ha finalizado su viaje en HBO Max cargada de polémica, de malas críticas y con una despedida, en parte, agradecida. La serie de Sam Levinson se presentó en la última edición del Festival de Cannes y se postulaba como la gran ficción estival capaz de apelar al público centennial y aficionado a la estética de Euphoria (creación del propio Levinson), la ficción que catapultó a Zendaya a ganar dos Premios Emmy.

No sucedió lo propio y la serie no ha tenido el éxito esperado. Pese a superar las cifras de audiencia del estreno de Euphoria, la ficción de Levinson ha pasado a tener un episodio menos, cinco, cuando se esperaba que tuviera un total de seis. No sólo eso, la supuesta catarsis sexual y pornográfica que muchos esperaban ver, sobre todo a raíz de la controversia que suscitaron las primeras críticas periodísticas, no ha terminado siendo tan visualmente rebelde -u original- como el director anticipaba.

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Tras el estreno del último episodio de la ficción, se han filtrado varias imágenes de Lily-Rose Depp (que interpreta a la protagonista, Jocelyn) en el rodaje del proyecto inicial de The Idol, una serie que iba a ser dirigida por Amy Seimetz. En las instantáneas podemos ver a una Jocelyn mucho más dulce, no tan oscura y con una imagen de estrella del pop similar a la de Hannah Montana o a la estética de Lizzie McGuire.

La serie 'The Idol' si hubiese sido dirigida por Amy Seimetz
La serie 'The Idol' si hubiese sido dirigida por Amy Seimetz

El proyecto de Seimetz, que abandonó antes de la posterior entrada de Levinson y el cantante The Weeknd (Abel Tesfaye, Tedros en la ficción de HBO), pretendía enfocarse en la infancia de Jocelyn como popstar y en cómo haber formado parte de ese universo desde pequeña habría hecho mella en su psique y en sus vivencias.

Las imágenes que se han filtrado en redes sociales muestran un producto completamente distinto al que finalmente terminó elaborando el creador de Euphoria junto al exitoso cantante. Hay purpurina, hay inocencia y, sobre todo, no existe la gratuidad al desnudo de su protagonista.

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Más allá de dichas instantáneas, no ha trascendido más información acerca de ese primer boceto, pero la idea de Seimetz parece haberse decantado por un producto feel-good, por una protagonista carismática y por un ejercicio similar al de Barbie de Greta Gerwig: luz y diamantes mientras su protagonista supera una crisis existencial.

Seimetz es una conocida productora y actriz, pero sobre todo se hizo popular por escribir y dirigir The Girlfriend Experience (2015), la serie de Starz (protagonizada por Riley Keough) basada en la novela homónima de Steven Soderbergh, que recibió el aplauso de la crítica y de la audiencia.

Del ‘brilli-brilli’ al sexo

The Idol, la de Levinson, recibió innumerables críticas que apelaban a la hipersexualización del personaje de Depp (además de una escasa puntuación en Rotten Tomatoes). Fotos con semen en su cara que viajan por internet a la rapidez del rayo, escenas de masturbación con cubitos de hielo, pornografía, planos imposibles que descuartizan el cuerpo de ella, proxenetas y clubes de alterne donde una multa es poco más que una anécdota.

La estética de The Idol es impecablemente levinsoniana: una decadencia centennial con el rimmel corrido y los labios perfilados, una luminosidad lúgubre, pero lujuriosa. El guion y los diálogos, sin embargo, parecen sacados de una película porno de segunda categoría. El primer episodio no termina de coger ritmo, las escenas se suceden entre sí sin sentido aparente y el colofón llega con The Weeknd. O con Abel. O con ambos, porque ni juntando ambas personalidades encontramos un ápice de talento en su interpretación.

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The Idol es un ejercicio rancio de lavado de imagen de la cultura de la violación. Una mirada masculina que, de nuevo, descuartiza el cuerpo de la mujer en la pantalla. Que enfoca sus senos, su culo, sus curvas, que busca la transparencia y deja poco o nada a la imaginación. Una provocación que Levinson envuelve de pretensión. “Vamos a tener la mejor serie del verano”, declaró en Cannes. Lo que tiene es un producto caduco que apunta hacia el disfrute del que escribe y graba.

Lily-Rose Depp en 'The Idol'
Lily-Rose Depp en 'The Idol'

Polémicas previas

No es la primera vez que Levinson está en el punto de mira por algunas de las decisiones que toma en sus proyectos audiovisuales. Sydney Sweeney, que interpreta a Cassie en Euphoria, declaró en una entrevista con The Independent que había hablado con Levinson acerca de las numerosas escenas en la que su personaje aparecía sin ropa en la primera temporada de la ficción. Muchas de ellas, sin justificación para la trama.

“Hay momentos en los que Cassie tenía que ir sin camiseta y yo le decía a Sam: ‘No creo que sea necesario’”, explicó entonces al medio británico. Tras las exigencias, el director decidió hacer caso a la actriz. “Él decía: ‘Vale, no lo necesitamos’. Nunca he tenido la sensación de que Sam me presionara o intentara meter una escena de desnudo [...] Cuando no quise hacerlo, no me obligó”, añadió.

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