La increíble mansión de Wes Gordon, el diseñador del vestido de novia de Tamara Falcó que también viste a la reina Letizia y Beyoncé

El director creativo de la firma Carolina Herrera viajó a Madrid para ultimar todos los detalles referentes al traje nupcial de la marquesa de Griñón

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Wes Gordon en una imagen
Wes Gordon en una imagen de sus redes sociales. (instagram.com/wesgordon)

Tamara Falcó ha vivido este 8 de julio su gran día, el de su boda con Íñigo Onieva. Una ceremonia en la que la joven se ha volcado los últimos meses para que todo fuera perfecto y que no habría sido posible sin un hombre que, pese a querer mantenerse en un segundo plano, es imprescindible en esta historia: Wes Gordon.

El director creativo de la firma Carolina Herrera es quien ha estado tras el secreto mejor guardado de la ceremonia, el vestido de la novia, una pieza que se ha desvelado este lunes 10 de julio a través de una exclusiva pactada por la pareja de recién casados y que ha sorprendido por su elegancia e ‘inspiración royal’, ya que recuerda al vestido que llevó la reina Letizia durante su boda. Precisamente la mujer de Felipe VI es una de sus clientas, al igual que la cantante Beyoncé, quien también ha confiado en su buen hacer con la aguja y el hilo.

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Tamara lo lució con gran dignidad y es que le sentaba muy bien. un resultado que estaba asegurado y es que, para que todo fuera perfecto, el propio Wes Gordon viajó a Madrid para supervisar todos los detalles. Aunque estos días en la capital española han sido principalmente de trabajo para el americano, también ha podido disfrutar de momentos de ocio, tal y como ha compartido en sus redes sociales.

Y aunque se lo ha pasado bien, por lo que ha mostrado, ha sido un viaje exprés y es que seguro tenía ganas de regresar a su casa, donde le esperaban su marido, Paul Arnhold, y sus dos hijos. Desde hace una década el matrimonio reside en una granja ubicada en el pueblo de Roxbury, Connecticut, a dos horas de Nueva York en coche y rodeados de naturaleza.

Una vivienda en la que han encontrado una ansiada tranquilidad y que les ha acercado a los orígenes de Arnhold, quien pasó casi todos los fines de semana de su infancia en la citada localidad, donde su familia es dueña de otra finca. “Hace diez años, la propiedad adyacente a la casa de mis padres estuvo disponible por primera vez en casi un siglo”, desveló hace unos meses el artista e inversor inmobiliario a la versión americana de Elle.

“Fue muy emotivo para los anteriores propietarios venderla después de tres generaciones, pero les aseguramos que haríamos todo lo posible para ser buenos cuidadores”, añadió por su parte Gordon. Y lo hicieron. No solo hicieron un hogar de Thistledown Farm, como se llama la granja, también contrataron a diferentes profesionales para modernizarla.

El interior, como se puede ver en algunas fotografías compartidas en redes sociales, destaca por su combinación de mobiliario del siglo XVIII con piezas modernas que complementan las estancias.

Tal y como contaron al medio estadounidense, su objetivo fue “trabajar suavemente con lo que había allí y ayudarlo a brillar”, tanto en lo respectivo a la vivienda principal como a los establos o el gallinero. La zona exterior también tuvo su protagonismo crearon un jardín que no fuera “demasiado suburbano” marcado por grandes árboles, caminos de grava y plantas autóctonas.

En esta granja moderna no solo sirve de residencia a la familia, también a los animales que tienen y que conviven con ellos: gallinas y caballos. No es raro que aparezcan en las imágenes compartidas por la pareja en sus redes sociales, que pese a su gran discreción suelen compartir lo felices que son en su hogar y del que han dicho: “Hay buena energía en la casa. Se puede sentir que mucha gente ha creado recuerdos maravillosos allí”.

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