Para entender lo sucedido en la clasificación del GP de Silverstone se debe retroceder en el tiempo siete días, hasta las primeras vueltas de la carrera en Austria. Sainz salía tercero y Leclerc una posición por delante, segundo. El español, con mejor ritmo que el monegasco, se pegó a su alerón trasero esperando que desde el muro su equipo le dejara pelear por la posición, pero lo que se encontró fue un “no ataques por ahora”.
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El emisor del mensaje fue el equipo Ferrari que, con la misiva, dejó claro que Leclrec, pese a ser más lento que Sainz, es su primera espada. La escudería italiana, lejos de sus años de gloria a principios de siglo, atraviesa un momento comprometido en lo deportivo y delicado en la gestión de sus pilotos. “Sainz sabía la estrategia desde el principio, creo que quería ponernos bajo presión. Su ritmo no era mucho mejor que el de Leclerc”, afirmó el director de Ferrari zanjando así la polémica en Austria, que tuvo su segunda parte en Silverstone, una semana después.
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Ferrari pide disculpas a Sainz por la decisión
Esta vez en lugar de producirse en carrera, las órdenes de equipo llegaron en la sesión de clasificación. La Q1 enfilaba sus últimos minutos cuando Magnussen sufrió un problema mecánico que provocó la bandera roja. Todos los monoplazas regresaron a su box y, durante el tiempo que se tardó en retirar el coche del danés, la pista mejoró. Hasta tal punto de rodar un segundo más rápido. Los pilotos, sabedores de ello, se agruparon en el pit lane para salir cuanto antes a rodar una vuelta y mejorar así su tiempo.
Fue en ese momento cuando desde el muro volvieron a decir a Sainz que dejara pasar a Leclerc. “Es injusto lo que me estáis pidiendo que haga. Sacrificamos la temperatura de mis neumáticos. Además, voy cuarto y él tercero, yo estoy en más riesgo. Pero da igual, lo que sea”, explicó el español, que no encontró revocación, aunque sí las disculpas de Ferrari. “Recibido, lo sentimos”.
El adelantamiento de la discordia
La polémica se trasladó de la radio al asfalto. Sainz, sacado a pista detrás de Leclerc por órdenes de equipo, se vio obligado a adelantar al monegasco porque de lo contrario no le hubiera dado tiempo a dar la vuelta que finalmente le permitió superar el corte. La maniobra no le gustó demasiado a un Leclerc que tiró de ironía por radio. “Bien, Carlos, bien. Buen adelantamiento en la última curva”, dijo en tono irónico.
Una vez terminada la sesión, Sainz zanjó toda la polémica. “Leclerc tenía prioridad durante todo el sábado para salir delante de mí, en la anterior carrera la tenía yo. El caso es que nos han empezado a adelantar todos y he visto que yo también estaba en mucho peligro de quedarme fuera de la Q2. Y me he dicho que o tiraba, o nos quedábamos los dos fuera y he tenido que empujar. Si él hubiese tirado, yo tampoco me hubiese quedado ahí parado”, explicó el español cuando fue preguntado por el lance.
La pugna entre Leclerc y Sainz por ser el piloto referencia de Ferrari vivirá su tercer capítulo en la carrera de Silverstone. El monegasco parte desde la cuarta posición, una más que un Sainz que desde el quinto puesto peleará por, si Ferrari no se lo impide, adelantar a su compañero de equipo y conseguir su primer podio de la temporada.
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