
Una de las tantas lecciones que, hasta el momento, ha dejado la guerra en Ucrania es lo imprescindible que es para un Ejército contar con un poderoso sistema de artillería y, en específico, con lanzacohetes capaces de destruir las líneas enemigas desde la distancia. España ha tomado nota de lo visto en territorio ucraniano, donde el sistema estadounidense Himars ha mostrado ser una pieza fundamental contra la invasión rusa, y se ha puesto manos a la obra para devolverle al Ejército de Tierra una capacidad perdida desde hace más de una década.
De esta manera, desde el Ministerio de Defensa han dado un impulso al denominado programa Silam, que busca incorporar un sistema lanzacohetes de alta movilidad. Este proyecto, estará dotado con un presupuesto de hasta 290 millones de euros entre el periodo 2023-2028, es uno a los que el Gobierno planea dar su visto bueno en alguna de las reuniones del Consejo de Ministros que restan antes de las elecciones generales. Este es un viejo reclamo del Ejército de Tierra, que en 2011 dio de baja su sistema Teruel.
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El objetivo de la cartera liderada por Margarita Robles es que la industria local, aunque con transferencia de tecnología extranjera, diseñe y desarrollo un sistema lanzacohetes español, incluyendo la munición con la que estará armado. La previsión, de acuerdo a los requisitos del Ejército, es adquirir 12 unidades, aunque en el largo plazo podrían incorporarse otra docena.

Propuesta de la industria nacional
La reacción del entramado industrial militar del país no se hizo esperar y rápidamente recogió el guante lanzado desde el Ministerio de Defensa. Así, las empresa Escribano, Expal y GMV presentaron, en la pasada edición de la feria de defensa y seguridad española Feindef, su propuesta para el programa Silam. Las tres compañías exhibieron un sistema lanzacohetes, basado en la tecnología israelí Puls, montado en un camión Astra 8x8 de la marca italiana Iveco.
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El plan que las tres firmas presentaron a Defensa implica la fabricación por parte de Escribano de la mecánica, hidráulica y electrónica del lanzador; mientras que Expal será responsable del desarrollo de los cohetes y GMV estará a cargo de la integración del sistema de mando y control de artillería Talos, ya en uso en el Ejército de Tierra. Asimismo, las compañías han asegurado haber cerrado acuerdos con otras empresas locales para ampliar aún más la participación nacional en este importante programa.

Transferencia tecnológica desde Israel
El proyecto presentado por la industria española supondría la transferencia tecnológica de la empresa israelí Elbit Systems. Esta compañía, un gigante internacional del sector defensa, desarrolla el sistema Puls, ya en uso en países europeos como Dinamarca y Países Bajos.
El Puls es un lanzador multipropósito que cuenta con dos pods, cada uno diseñado para un tipo de cohete específico: el Accular de 122 mm (18 cohetes) con un alcance de hasta 35 km, el Accular 160 mm (10) con un alcance de hasta 40 km, el Extra (4) con un alcance de hasta 150 km y el Predator Hawk (2) con un alcance de hasta 300 km.
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