Cada año vuelve a quedar demostrado que Mallorca es la isla preferida de los famosos internacionales, a la que se escapan siempre que tienen ocasión para disfrutar de sus virtudes, entre las que destacan su gastronomía, su clima y sus paisajes. Estos tres atributos ya conquistaron hace décadas a uno de los escritores más importantes de la literatura en español, Gabriel García Márquez, que encontró en esta ínsula el mejor rincón donde descansar e inspirarse. En el tiempo que permaneció allí se alojó siempre en el mismo lugar, una casa típica mallorquina que ahora se encuentra a la venta.
Esta vivienda construida en 1600 y situada en la pequeña localidad de Deyá, es recordada por ser el escenario en el que reescribió El otoño del Patriarca y destaca tanto por su privilegiada ubicación, lejos del bullicio y las miradas indiscretas, como por su diseño. Consta de 167 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, tiene tres dormitorios de gran tamaño, dos cuartos de baño completos, una cocina rústica con chimenea, un salón y una buhardilla cuyo uso es de sala de estudio o despacho.
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Además tiene un pequeño jardín con casa de invitados que se podía incluso ampliar. Lo curioso es que esta zona no está en el mismo terreno, sino a unos metros de distancia, cruzando una calle peatonal.
El exterior sorprende por su ladrillo rústico que hace que encaje perfectamente en el entorno y unas pequeñas ventanas de madera paneladas. Si bien toda la construcción está bien conservada, necesita ser modernidaza para que la comodidad sea máxima. En las fotografías compartidas por un conocido portal inmobiliario se puede ver los motivos, pues no solo los suelos son antiguos, la cocina necesita una reforma y los baños, más allá de estar alicatados según el gusto de otra época, cuentan con sanitaros que deberían ser modernizados.
Está muy cerca de la plaza de la iglesia del pueblo y aunque la localidad es pequeña -viven de manera habitual unos 600 habitantes- cuenta con tiendas, hoteles, cafeterías, restaurantes y hasta un mercado artesanal con productos y artesanías locales.
Aunque la casa no tiene pisicna, la playa más cercana se encuentra a poco más de 3 kilómetros, es decir, unos 10 minutos en coche. Aquel que se quiera hacer con esta vivienda tendrá que desembolsar un total de 1.190.000 euros.
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