El plan de trabajo a distancia en la Administración General del Estado (AGE) tardó unos seis meses en ponerse totalmente en marcha desde su publicación en mayo de 2022 en el BOE, pero ha cogido velocidad a partir de entonces. Según el último informe de seguimiento, del mes de junio, casi la mitad de los efectivos que trabajan en los ministerios disfrutan ya de teletrabajo ciertos días a la semana.
Del total de 130.320 trabajadores con los que cuenta la AGE, 56.273 tienen trabajo a distancia, el 43,18%. El número de efectivos que se han acogido a este plan ha ido en aumento mes tras mes desde el primer informe de seguimiento, de noviembre de 2022, cuando solo teletrabajaban el 25,54%. Además, ha tenido mayor éxito entre las mujeres: son el 58,4% de los trabajadores con trabajo a distancia en junio y desde el inicio del plan superan a los hombres.
Esto es relevante porque, según el último boletín del personal al servicio de las administraciones públicas (de julio de 2022), la composición es casi totalmente paritaria en la AGE e incluso hay un punto porcentual más de hombres, lo que podría indicar que las mujeres tienen más peso en el teletrabajo no por ser más numerosas, sino por otras cuestiones, como la conciliación de su vida familiar. Esta tendencia también quedó reflejada en la última encuesta del INE sobre equipamiento y uso de TIC en los hogares, relativa a 2022, en la que constató que el porcentaje de mujeres ocupadas que trabaja online supera al de los hombres, el 14,3% frente al 13,7%, pese a que las mujeres son menos en el mercado laboral.
El origen y objetivo del plan, impulsado por los ministerios de Hacienda y de Transición Ecológica, es ahorrar energía en la AGE como una de las respuestas ante la crisis energética iniciada con la guerra en Ucrania. Su finalidad es, entre otras medidas, “reforzar la modalidad del trabajo a distancia” para reducir el impacto energético producido por los desplazamientos al lugar de trabajo y por el consumo de energía en el propio centro.
Por ello, establece de manera general que los trabajadores de los puestos que se declaren aptos para el teletrabajo, realicen sus labores desde casa tres días a la semana, acudiendo presencialmente solo dos. Fórmula que permite excepciones por razones organizativas y que es voluntaria, los trabajadores deben solicitarlo si desean disfrutarlo..
De hecho, aunque la intención de la norma son tres días de teletrabajo, la mayoría de los funcionarios que trabajan a distancia, el 61% (34.024 personas), lo hace dos días a la semana y acude tres días físicamente a la oficina. Solo el 28% (15.915 personas) trabajan a distancia tres días y otro 11% (6.336 personas) tienen una modalidad con características excepcionales.
La mayor parte de los que teletrabajan hacen labores administrativas
Quienes más teletrabajan son el personal de apoyo administrativo (el 32% del total) y el personal de gestión (el 36% del total). En tercer lugar se encuentran los mandos intermedios, suponiendo el 28% de los 56.273 acogidos al teletrabajo y en último lugar se encuentra el personal directivo, que es el 4%. No obstante, hay que tener en cuenta que también hay menor personal empleado en mandos intermedios y directivos. En todas estas categorías las mujeres ganan a los hombres con diferencia, excepto en los puestos directivos, donde ellos son 60 más.
Desagregando por ministerios, el que más número de personas tiene con alguna modalidad de trabajo a distancia es el Ministerio de Hacienda, en el que destacan las más de 6.000 mujeres de gestión con teletrabajo, seguidas de otras casi 6.000 de apoyo administrativo y más de 4.000 hombres de los puestos de gestión. Le sigue en volumen el Ministerio de Trabajo, siendo los grupos más numerosos en teletrabajo las trabajadoras de administración (unas 1.500) y las de gestión (unas 1.100). En el lado contrario se sitúa el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, con un máximo de unas 60 trabajadoras de administración en esta modalidad de trabajo a distancia y otra cifra similar en los puestos ocupados por mujeres de gestión.
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