Pilar González (Adelante Andalucía): “Aparte de poner copas y tener una gastronomía exquisita, también sabemos hacer barcos, aviones y trenes”

La número 1 por Cádiz de esta formación, que se presenta a las elecciones generales por primera vez, atiende a ‘Infobae España’ a las puertas de la campaña del 23-J

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Pilar González, candidata al Congreso de Adelante Andalucía. ADELANTE ANDALUCÍA
Pilar González, candidata al Congreso de Adelante Andalucía. ADELANTE ANDALUCÍA

Sin tiempo para asimilar los resultados, Pilar González (Mérida, 1962) quiere llevar la voz de Andalucía al Congreso. Y es que, a pesar de que esta comunidad tiene el mayor número de diputados en la Cámara Baja (61 representantes entre las ocho circunscripciones), las reivindicaciones del pueblo andaluz no tienen el espacio que deberían tener. O así lo entiende esta coalición, que se presenta por primera vez a las generales en una única lista, por Cádiz, en la que destacan Teresa Rodríguez y el excalde de esta ciudad, José María González Kichi.

“¿Es que no hay un diputado andaluz de los partidos del Gobierno (PSOE y Unidas Podemos) que no pueda pensar que algo mejor se podría hacer?”, cuestiona esta historiadora, con experiencia en la política desde 1995. Entre otros cargos, González fue senadora por esta fuerza desde 2019 hasta 2022. De cara al 23-J aspira a volver a Madrid, al “centro del poder del reparto de la riqueza” con la motivación de “hablar de las cosas de Andalucía”.

Pregunta: ¿Cómo afrontan estas elecciones?

Respuesta: Una vez pasado el desconcierto inicial, bien. Con energía, con decisión, con firmeza y, sobre todo, con esperanza. Es verdad que nos quedamos un poco desconcertados el 29 de mayo, cuando teníamos una reunión para valorar y analizar los resultados de las municipales. Esta reunión estaba convocada a primera hora de la tarde y, cuando nos sentamos, pues teníamos ya que olvidarnos de las municipales como si no hubieran ocurrido y pensar en las generales.

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Me imagino que a la mayoría de las formaciones les pasaría. Quiero creer que al PSOE incluido porque, evidentemente, la decisión de convocar las elecciones generales corresponde al presidente del Gobierno. Y, aunque su propio partido estuviera en sobre aviso, no creo que fuera todo el mundo quien lo supiera, sino a lo mejor un grupo muy reducido. Por tanto, creo que pilló un poco con el pie cambiado a todo el mundo. Desde luego, a nosotros nos pilló con el pie cambiado y lo reconozco sin ningún problema porque creo que en estos casos lo mejor es ser honestos.

A partir de ahí, ¿cómo fue ese proceso?

Pudimos reaccionar con cierta rapidez en el sentido de tomar decisiones, marcar una línea de trabajo, hacer el proceso de la forma más participativa y más transparente posible porque íbamos a adoptar una decisión de riesgo, que era la de presentarnos en un único territorio de Andalucía. Esa era una propuesta que tendría que validar o no el conjunto de la organización, la militancia, si así fuera. Luego había que hacer una lista con bastante prisa también. El hecho de presentarnos únicamente en el territorio de Cádiz significaba hacer lo que nosotros llamamos una lista de país o una lista andaluza.

“El hecho de presentarnos únicamente en el territorio de Cádiz significa hacer lo que nosotros llamamos una lista de país o una lista andaluza”

En este caso, no se sigue el criterio habitual para hacer las listas provinciales, sino que era una lista que incluyera a personas del conjunto de la organización de toda Andalucía, personas independientes que pudieran sumar valor añadido a la propia candidatura por sus perfiles. En fin, pasado todo aquel estrés, creo que pudimos responder con agilidad, con claridad mental, o por lo menos con un diseño estratégico de lo que queríamos. Seguir el camino con tranquilidad y ahora ya afrontar lo que venga.

Más allá de llevar la voz del sur a Madrid, de conseguir representación con un gobierno de PP y Vox, como apuntan las encuestas, ¿habría margen para llegar a acuerdos puntuales para lograr ese reparto de la riqueza?

No son los mismos escenarios, evidentemente. No es lo mismo un gobierno de derecha y de ultraderecha que un gobierno progresista. En el eje de la izquierda-derecha estamos nítidamente posicionados en la izquierda. Luego nos sería más fácil poder trabajar con un gobierno progresista que con un gobierno del PP, donde estaríamos absolutamente en la oposición. Pero no estamos únicamente en el eje izquierda-derecha. Nosotros estamos atravesados por otro eje, que es el territorial, que es el de centro-periferia. Andalucía tiene en este momento la condición de periferia. Periferia respecto del centro del poder, de donde se toman las decisiones y donde se toman decisiones que redistribuyen la riqueza o que reparten el poder o que, con más o menos equidad, favorecen a territorios más desfavorecidos, comunidades más desfavorecidas, etc. Esos dos ejes nos atraviesan al proyecto de Adelante Andalucía.

“Preferimos que haya un gobierno progresista, lo digo así de claro y sin ningún problema”

Preferimos que haya un Gobierno progresista, lo digo así de claro y sin ningún problema. Desde luego no vamos a apoyar en ningún caso la formación de un Gobierno de derecha y ultraderecha. Ahora, en ambos casos, lo que nosotros vamos a plantear es una agenda andaluza, que probablemente sea o intuitivamente creo que va a ser más difícil con un gobierno de la derecha si encima está la ultraderecha con este afán recentralizador que tienen de todo. Luego estamos en contra en los dos ejes, en los dos ejes que nos atraviesan, en el de la derecha y la izquierda, y en el del centro y la periferia, con lo cual tendríamos un trabajo en condiciones bastante más difíciles, bastante más duras. Pero igualmente tenemos claro el horizonte, el objetivo y el motivo: la motivación que nos lleva a las Cortes Generales y a Madrid, que es hablar de las cosas de Andalucía.

Dentro de esta agenda andalucista, ¿cuál sería la medida más prioritaria para condicionar la política nacional en caso de que se den las condiciones?

No tengo yo muy claro cuál sería la prioritaria. Estamos en estos días trabajando a contrarreloj para tener el típico decálogo, aparte del programa con todo su análisis, toda su explicación, y de ahí extraer diez medidas porque es más fácil en el terreno de la comunicación política.

Pero una de las que tenemos clara tiene que ver con el ferrocarril, con la conexión ferroviaria de Andalucía con el conjunto del Estado. En el territorio de Cádiz, en concreto, el corredor del Mediterráneo, el desdoble de Algeciras y Bobadilla, transporte de viajeros y de mercancías, no solo de mercancías; significa también en lo que se llama la costa noroeste, Sanlúcar, Rota, Piciona, la recuperación de un ferrocarril que existió hasta 1984, o sea que no es que fuera una cosa de la prehistoria, sino que es muy reciente ese ferrocarril en esa comarca que, además, tiene una producción importante en agricultura y en pesca. Los tulipanes de Holanda se cultivan en Chipiona, y salen por carreteras que no son autovías. Salen en camiones, con lo cual es transporte contaminante, con mayor riesgo para las personas que trabajan en el sector, sobre todo para los transportistas, etc. Luego el ferrocarril para nosotros es una prioridad.

La conexión de Andalucía con la red del conjunto del Estado es insostenible: de las 10 ciudades grandes de todo el Estado sin tren, 8 son Andaluzas. Hay cinco ciudades en España con más de 83.000 habitantes que no tienen tren y cuatro de ellas son andaluzas. Esto no es ni una maldición, ni una condena bíblica, ni nada de nada. Estos son decisiones políticas que se tomaron en su día para que así fuera y que se pueden revertir también en su día desde el centro del poder del reparto de la riqueza.

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Luego el ferrocarril va a ser una de nuestras líneas prioritarias de trabajo. No sólo como el servicio público de comunicación de la ciudadanía, la Comunidad Sostenible, descarbonizable, con todo el tema de la Unión Europea, Agenda 2030, todo ese marco, sino también como una oportunidad para una reindustrialización sostenible. Sabemos hacer trenes también en Andalucía aparte de barcos y aviones. Hay terrenos, plantas industriales y recursos humanos cualificados que en este momento sufrimos la lacra del paro como el mayor territorio del estado, bueno, todas esas posibilidades que pueden poner al servicio de la construcción de trenes, de la construcción de coches o de vagones, o de la propia infraestructura, de las propias vías.

Quiero decir, el tema del tren tiene una doble importancia para nosotros. Por un lado, la interconexión, la cohesión, la vertebración, y por otro lado, una oportunidad de trabajo para la gente de Andalucía, con lo cual en ese tema vamos a ser bastante insistentes cual gotita malaya. Estuve en la comisión de Transportes del Senado y ahí ya cogí el carril sobre todo el tema del ferrocarril, con lo cual, esta línea que ya me resulta familiar o al menos conocida, voy a seguirla trabajando.

Pilar González y 'Kichi', delante del busto de Blas Infante en Cádiz. ADELANTE ANDALUCÍA
Pilar González y 'Kichi', delante del busto de Blas Infante en Cádiz. ADELANTE ANDALUCÍA

Otra de las grandes ideas (luego hay otras más pequeñitas, pero igual de importantes) es el tema del empleo. En Andalucía es absolutamente prioritario el cambio de sistema económico, del modelo productivo que tenemos, que nos condena al sector servicios únicamente. Y por eso decía antes, aparte de poner copas, aparte de ser buenos y buenas anfitriones en los establecimientos hoteleros, tener una gastronomía exquisita, aparte de todo eso, sabemos hacer barcos, sabemos hacer aviones, sabemos hacer trenes. Creo que en Europa ya nos estamos dando cuenta de que toda aquella deslocalización de la industria productiva, allá por los años 90 del siglo pasado, cuando la industria se deslocalizaba de la prestigiosa Europa y se mandaba a otros territorios donde la mano de obra era más barata, donde no había tantos problemas de control de las emisiones contaminantes, etc, a raíz de la pandemia, de que no podemos dejar la producción de bienes de consumo en países terceros y lejanos, ya que algo tan sencillo como es una mascarilla, la hemos necesitado y no había. Había que irse a China con comisionistas de por medio para conseguir las mascarillas. Creo que eso es una idea general que sirve para todo el conjunto del Estado. En Andalucía es, además, una prioridad.

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El paro juvenil en Andalucía es uno de cada tres. Es insostenible. Con lo cual, en ese terreno hay que plantearse con mucha firmeza. Y, bueno, cuando hagan falta votos para los presupuestos generales del Estado, pues el nuestro tendrá algunas condiciones que van a pasar entre otras por estas cosas. Y luego, una medida mucho más chiquitita. Lo vimos el otro día a raíz de la ola de calor, de la primera ola de calor que hemos sufrido este verano en Andalucía. Existe el bono térmico, una medida que me parece muy razonable para que las personas que están en situación de vulnerabilidad o tienen dificultades para pagar la calefacción, tengan esa ayuda del Estado. De vez en cuando se cuela algún consejero de la Comunidad de Madrid, también del Gobierno de Ayuso, y se beneficia del bono térmico sin necesitarlos, pero bueno, está pensado, creo que con buena intención.

A partir de ahí, no hay nadie que levante la voz por Andalucía en las Cortes porque si hubiera alguien, diría que la mitad de Andalucía necesitamos calificación, pero en invierno. Pero en la otra mitad, necesitamos imperiosamente refrigeración en verano, porque es todo el valle del Guadalquivir, que es prácticamente la mitad del territorio de Andalucía, cuatro provincias, el invierno lo podemos pasar más o menos con un braserito, pero en verano, ya no te digo aire acondicionado, pero un ventilador al menos o más de un ventilador, es necesario en las viviendas. Y luego, los que sufren pobreza energética en la meseta, sufren pobreza energética en Andalucía pero aquí necesitan más para la refrigeración que el bono para calefacción.

Por otra parte, antes hablaba de que no dio tiempo prácticamente a hacer un análisis de los resultados del 28M, una cita en la que su formación también tuvo un retroceso también. De cara al 23-J, si no consiguen representación en el Congreso, ¿sería un fracaso como proyecto político o hay más margen para seguir creciendo?

Sería una dificultad, evidentemente. Estábamos reunidos el otro día y nos dimos cuenta que era 26 de junio, que hacía dos años que refundamos Adelante Andalucía, ya metidos en esa vorágine de la generales, del referéndum entre la militancia, etc. Este es un proyecto a medio y a largo plazo. Es evidente, es un proyecto político, no únicamente un proyecto electoral. Estamos convencidas de que es un proyecto más amplio que lo electoral, que es construir un partido andaluz en el siglo XXI, que recoja toda una vieja herencia. Lo que nosotros hablamos en las tres olas del andalucismo. Desde la de Blas Infante, la transición con los andalucistas del PSA y, ahora, Adelante Andalucía.

Adelante Andalucía es un proyecto polítio, no únicamente un proyecto electoral

El calendario electoral no nos ha venido nada bien. El resultado de las locales no ha sido bueno tampoco, honestamente, pues esperábamos haber tenido un mejor resultado, pero tuvimos lo que hemos tenido, que no es bueno, que no estamos contentos y que casi no nos ha dado tiempo a hacer el duelo porque nos hemos tenido que embarcar efectivamente en el proyecto de las elecciones generales. Pero seguimos empeñadas en la construcción de un proyecto a medio y largo plazo. Antes de que cumplamos los tres años, el próximo 26 de junio nos habremos presentado a cuatro elecciones porque habrán sido las europeas también. Quiero decir, estamos en un momento de un proyecto en construcción.

La última encuesta del Centro de Estudios de Andalucía, el Centra, sobre elecciones andaluzas, incrementa el voto de Adelante de Andalucía en un punto y pico. Con lo cual, bueno, tenemos ciertas expectativas de que estamos haciendo el trabajo correcto. ¿Que llega a la convocatoria de las generales? Yo creo que nuestro mensaje en las elecciones generales se entiende infinitamente mejor que en las municipales. Las elecciones municipales, esto lo digo por experiencia propia, es el escenario más difícil de todos los escenarios electorales, porque nunca hay una sola campaña; hay tantas campañas como aquellas localidades en las que te presentas. Ni son las mismas circunstancias, ni es la misma correlación de fuerza, ni es la misma capacidad de liderazgo de la persona que encabeza, es decir, son unas circunstancias enormemente complejas.

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En cambio, en las generales, el mensaje es tan sencillo como el de hace falta llevar la voz de Andalucía al Congreso de los Diputados. Un diputado de una provincia cuya población es la misma que la Algeciras (por Tomás Guitarte, exdiputado de Teruel Existe) ha conseguido un montón de millones de euros de inversión en su territorio y, sin embargo, de 61 diputados y diputadas andaluces en las Cortes, unos votan en contra de los presupuestos y los que votan a favor no enmiendan ni siquiera una coma. ¿Es que no hay un diputado andaluz de los partidos del Gobierno (PSOE y Unidas Podemos) que no pueda pensar que algo mejor se podría hacer? Yo no me lo puedo creer, honestamente. Para eso hace falta Adelante Andalucía. ¿Qué estamos? Lo vamos a hacer con toda firmeza. ¿No tenemos el resultado que queremos? Bueno, pues tendremos una dificultad añadida, pero no creo que nos desanime para seguir construyendo el proyecto.

Adelante Andalucía decidió no unirse a Sumar. ¿Por qué?¿Cómo veis esta coalición de izquierdas?

Siempre nos preguntan por el tema de la unidad de la izquierda, y yo suelo responder que ese es un debate interesantísimo para hablar entre políticos y entre periodistas o entre políticos solo. Después, a la hora de la ciudadanía, yo no percibo esa enorme preocupación. Yo creo que la gente tiene las papeletas allí, elige la que estima oportuno y no resta que haya diferentes papeletas a la hora de tener opciones, en el caso de la izquierda quiero decir. Otra cosa es la aritmética electoral, la ley D’Hont, y los escaños. Ese es un escenario diferente.

Pero en el escenario de la ciudadanía que vota, pues yo creo que habrá gente progresista que antes votó a Unidas Podemos y que probablemente es de izquierdas, que tiene una visión centralista de la izquierda y legítimamente coja esa papeleta y nosotros lo que aspiramos es al espacio que queda en esa tierra de nadie que no es ni la izquierda centralista y que de alguna manera reivindica la necesidad de que los problemas de Andalucía se pongan encima de la mesa. Pero yo no le veo mal y es más, permíteme una cierta broma, yo creo que están ellos más preocupados con nosotros que nosotros con ellos, en el sentido de que el candidato de Sumar por Málaga habló de la agenda andaluza y de la voz de Andalucía en el Congreso de los Diputados después de haberlo hecho nosotros. Quiero decir, alguna razón podemos tener en la necesidad de ese espacio político que representa Adelante Andalucía cuando otros que no se ocupan de esas cosas nunca en la vida, ahora en campaña, qué casualidad, utilizan nuestro lenguaje.

“Aspiramos al espacio que queda en esa tierra de nadie que no es ni de la izquierda centralista y que de alguna manera reivindica la necesidad de que los problemas de Andalucía se pongan encima de la mesa”

Y, por último, creo que en Adelante Andalucía hemos tomado la decisión más responsable y más sensata para no interferir en los resultados que vaya a tener el resto de la izquierda en el conjunto de Andalucía. Nos hemos centrado en el territorio en el que quedamos como tercera fuerza en las elecciones andaluzas de hace un año, por delante de Unidas Podemos y de Más País. Las municipales no son extrapolables, ni siquiera el mismo esquema, pero el esquema más similar (no digo que sean en absoluto parecidos, semejante o el indicador que podíamos tener encima de la mesa) es el resultado de las elecciones andaluzas y allí quedamos después del Partido Popular y el Partido Socialista.

Por eso hemos tomado la decisión de hacerlo en Cádiz. Eso es absolutamente respetuoso y, hasta si me apuras, leal con el conjunto de la izquierda centralista, una lealtad que no hemos recibido de vuelta o que no hemos recibido recíprocamente. En estos días se va a prenunciar el Tribunal Constitucional sobre el recurso de amparo de los diputados de Adelante Andalucía expulsados de su grupo. Sabemos que en esta semana se va a producir ese debate y estamos un poco a la espera de ver qué ocurre.

Llevamos varias legislaturas en las que se ha debatido sobre el papel del Senado, que parece que está cada vez más degradado. Tras su experiencia como senadora, ¿cuál cree que deberá ser el futuro de esta institución? Hay quien habla de suprimirla, ¿pero esto sería una solución populista?

No, yo no lo suprimiría. Cuando yo llegué al Senado pensaba, como la inmensa mayoría de la ciudadanía, que no sería para nada. Una vez llegué allí, comprobé que que sirve en función del esquema de trabajo que tú te plantees, de las decisiones que quieras tomar o los temas que quieras trabajar. En alguna ocasión he podido decir allí que el Senado debería tener el papel que dice el artículo 69 de la Constitución, que es la cámara territorial. Ya está. La Constitución no dice que sea una cámara de segunda lectura

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Se podría haber apostado por una sola cámara, que también existe en otros países europeos, y no es menos democrático que haya una sola cámara. Pero cuando se decide que haya dos, al Senado se le otorga un papel, los padres constituyentes escriben el artículo 69 que dice que es la Cámara de Representación Territorial. Eso en un Estado compuesto, como es el Estado español, con el tema de las autonomías, tiene absoluto sentido. Lo que ocurre es que hasta ahora no ha habido ninguna voluntad política de que ese sea el papel fundamental del Senado.

El tema de la financiación autonómica, por ejemplo, sería un tema a debatir en el Senado. Para eso no es necesario el Congreso porque son las comunidades autónomas y el Gobierno. O, incluso, los Presupuestos Generales del Estado, en lo que tiene de inversión territorial, también debería hacerse en el Senado. Hay muchas posibilidades de darle al Senado una funcionalidad. De hecho, durante la pandemia, casi en modo ensayo y error, porque eso no está ni escrito ni previsto en ningún reglamento ni nada, el hecho de que las conferencias que tenía el presidente con los presidentes autonómicos, su espacio natural era el Senado. Bueno, pues eso que ha sido un experimento durante la pandemia puede convertirse en un trabajo institucional para el Senado. Yo le he cogido cariño al Senado y he comprobado que sí es útil.

Por último, usted lleva en política desde el año 1995, cuando ingresó en el Partido Andalucista. Se dice que este ámbito es una trituradora de personas. ¿Cómo se puede sobrevivir en este campo?

Yendo muy ligerita de equipaje, Pilar. En estos días lo he tenido que explicar con la presencia de Teresa y de Kichi en la lista de Cádiz, porque todo el mundo achaca que “se iban de la política y ahora están otra vez en la lista”, que una cosa es la presencia institucional, que te da una visibilidad, y otra es la política. La política es en un escenario mucho más amplio. Yo me considero un animal político en el sentido aristotélico de la palabra. Yo me moriré de viejecita en mi casa y seguiré escribiendo y seguiré mirando los digitales por la mañana y diciendo barbaridades de alguna cosa que me parezca que esté mal. Y si puedo interactuar en las redes sociales, lo haré. Eso también es política. Ese compromiso con lo común es política, donde no se puede estar demasiado tiempo. Es verdad que eso tritura.

Yo sí entiendo que hay que establecer determinados límites a la presencia institucional por la propia salud mental de quienes estamos en esas responsabilidades, ¿no? Porque llega un momento que te aísla; es una especie de burbuja que te aísla de la realidad. Creo que en todas las partes de la política, de alguna manera, pierdes el contacto con la vida real, con el día a día, cuando vas al mercado, a la peluquería, o a tomarte unas cañas con tu familia o con tus amigos. Entonces, eso sí que conviene limitarlo en el tiempo. Pero continuar en política toda la vida, porque yo creo que hay personas (de esas he conocido muchas), algunas muy mayores y otras que todavía son muy jóvenes, pero que apuntan en esa dirección, de que van a estar toda la vida en esto. ¿Cómo se sobrevive? Pues sabiendo que estás de paso y que unas veces te toca estar en el Senado, por ejemplo, y otras veces te toca ser militante de base y estar en tu agrupación, en tu asamblea, en el barrio, en una campaña que se hace para denunciar los abusos de las eléctricas, eso también es política. Si esto lo tienes claro, es fácil sobrevivir; si no lo tienes claro, es horroroso.

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