Son un pepino. Los misiles de crucero Tomahawk son el armamento más poderoso con el que están dotados los destructores clase Arleigh Burke de la Marina de Estados Unidos. Actualmente, cuatro de estos buques están destinados a la Base Naval de Rota, en la provincia de Cádiz, y de cara a los próximos años se espera la llegada de otros dos, con el fin de fortalecer el escudo antimisiles que protege a Europa de cualquier posible ataque, siempre con la vista puesta en Rusia.
La letalidad de los Tomahawk radica en dos de sus principales características: su largo alcance, que le permite impactar en objetivos a una distancia de hasta 1.600 km; y la capacidad de albergar cualquier tipo de explosivo, incluyendo cabezas nucleares. Asimismo, en su versión nuclear el misil puede alcanzar blancos enemigos que se encuentren a 2.500 km de distancia. Este armento, fabricado por la empresa estadounidense Raytheon Technologies, pesa más de una tonelada y media -en su versión con propulsor- lo que no le impide alcanzar velocidades de hasta 880 km/h.
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Este sistema subsónico presenta algo más de seis metros de largo, medio metro de diámetro y una envergadura (distancia entre las dos puntas de las alas) de 2,7 m, una medidas relativamente pequeñas si se lo compara con otros misiles existentes con la misma potencia de fuego. Los Tomahawk destacan no solo por su alta precisión a la hora de impactar contra el objetivo, sino también por ser sumamente difíciles de interceptar y por su capacidad de volar a baja altitud operativa.
Esos misiles pueden se lanzados desde buques de superficie, a través de sistemas de lanzamiento verticales, o submarinos, mediante tubos lanzatorpedos. De hecho, España llegó a negociar con Estados Unidos la compra de una partida de Tomahawk para ser empleados en sus fragatas F-100 y en los nuevos sumergibles de S-80, pero la Armada ha desistido por el momento incorporar el armamento. Así, a día de hoy, sólo Estados Unidos y Reino Unido utilizan estos misiles, aunque Japón ya ha mostrado interés en adquirir el sistema.
Acuerdo España - EEUU
A principios de mayo, días previos al encuentro de Pedro Sánchez con Joe Biden en la Casa Blanca, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, firmaron el acuerdo para ampliar, de cuatro a seis, el número de destructores estadounidenses asentados en Rota. El Gobierno español había asumido este compromiso con Washington durante la Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid, en junio de 2022.
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Los destructores de la Marina estadounidense en Cádiz son parte fundamental del escudo antimisiles europeo. Cada uno de estos buques, los únicos de EEUU con asiento permanente en el viejo continente, están equipados con el sistema de combate naval AEGIS -el mismo que poseen las fragatas españolas clase Álvaro de Bazán- que les brinda una gran capacidad de defensa antiaérea, gracias a una combinación de radares y computadoras para rastrear misiles enemigos que busquen impactar en Europa.
La Base de Rota es especialmente atractiva para el Gobierno estadounidense dado que es la única del continente europeo que posee un puerto y un aeropuerto. A esta particular característica se suma su estratégica ubicación entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo, a caballo entre Europa y África.
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