Cada vez son más las personas que al escuchar la frase “te invito a mi boda” se echan a temblar. Muchas porque se ven obligadas a ir por compromiso, pero lo que de verdad duele a la gran mayoría es el desembolso que implican. Porque si casarse es caro, ir de invitado resulta un lujo al alcance de pocos teniendo en cuenta la precaria situación de muchas economías.
Aunque la cantidad que aporta cada invitado varía dependiendo de la relación que le une con la pareja que se casa, su situación económica o el propio tipo de boda, en España por lo general se suele dar unos 150-200 euros por persona a través de un ingreso en la cuenta bancaria, pues lo de regalar artículos para la casa o experiencias para relajarse ya quedó atrás. De hecho dar ese dinero se ha convertido en una práctica tan normalizada que ya ni se cuestiona, pero en otros países no es nada frecuente regalar una cantidad tan elevada. El miedo a quedar mal o al qué dirán influyen, pero sobre todo es esa especie de norma no escrita la que impone que debemos ser espléndidos con quien contrae matrimonio.
El desembolso, además, suele ser mayor, porque normalmente se suman gastos como el vestido, la peluquería, el desplazamiento, alojamiento e incluso celebraciones adyacentes, por lo que el gasto total de un invitado puede rondar los 300 euros, según indica una encuesta del portal Ofertia.com.
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Ir de invitado a una boda llega incluso a desestabilizar el presupuesto anual de muchas familias españolas, tal y como explica a Infobae España Esther López, que con dos hijos pequeños tiene que hacer malabares para cuadrar las cuentas: “Aquí o te vas de vacaciones o te vas de boda”, asegura. Como este verano no le queda “más remedio que acudir” a la boda de su prima, ha decidido dejar a los niños con los abuelos y reciclar vestido para reducir gastos. “Entre mi marido y yo podemos dar como mucho unos 350 euros por el cubierto, porque aunque en casa tenemos dos sueldos, no podemos permitirnos grandes gastos. Siempre dejamos una de las extras para vacaciones y la otra para los gastos escolares”, relata.
En el caso de Mónica L. García, de 39 años, ya ha perdido la cuenta de las veces que ha tenido que ajustar su presupuesto vacacional según las bodas a la que le invitaban. “Ha habido años en los que he ido a cinco o seis bodas de amigos o familiares muy cercanos, no podía decir que no, y eso supone un desembolso importante. Me ha tocado elegir opciones más baratas para irme de vacaciones, ir a casa de algún familiar en vez de un hotel, o directamente reducir algún día para poder ajustar el presupuesto”, explica.
¿Cuánto cuesta casarse en España?
Aunque el número de bodas ha ido descendiendo en España desde los años 90, sigue siendo la celebración por excelencia y actualmente se registran unas 150.000 por año. Mientras en 1990 hubo un total de 220.533 enlaces matrimoniales, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el año 2000 se registraron 208.057 y a partir de 2009 hubo un descenso notable, hasta los 174.062.
En 2020 se celebraron muchas menos bodas debido a la pandemia, un total de 87.481, una cifra alejada de las 143.515 registradas en 2021, el último año sobre el que INE dispone de datos.
Quien decide dar el “sí, quiero” también realiza un desembolso importante, porque España es uno de los países más caros del mundo para casarse, según el portal Statista, que indica que solo Estados Unidos se sitúa por encima. En Italia, Canadá Inglaterra y Francia, países con salarios más altos que España, las bodas tienen, por lo general, un coste menor.
El coste medio de una boda en España con unos 120 invitados se sitúa en los 21.000 euros, lo que se traduce en un coste por invitado de unos 180 euros, según el Libro Imprescindible de las Bodas, publicado por Bodas.net en colaboración con la institución académica Esade y Google. No obstante, hay que tener en cuenta que “las parejas cada vez personalizan más sus enlaces”, por lo que el coste también varía en función del tipo de boda que se quiera celebrar, indica el portal a Infobae España.
Según ese mismo estudio, Asturias es la comunidad autónoma que se sitúa en cabeza en cuanto a coste medio por invitado, con 267 euros, mientras que Murcia se sitúa en el otro extremo, con 134 euros. El País Vasco y Galicia la media son 224 euros y en la Comunidad de Madrid y Cataluña, 207 euros.
Además, las parejas españolas suelen contratan de media a diez profesionales para organizar su boda y entre los proveedores más demandados figuran los banquetes, el catering y los fotógrafos, aunque este 2023 “hay una tendencia a convertir la boda en un auténtico festival de música”. Las parejas tampoco se conforman ya con la típica barra libre, indica el portal, por lo que demandan “opciones como las beer truck, cócteles de autor o helados artesanales”.
Bodas.net, que estima que en los últimos cuatro años el coste medio de un enlace matrimonial ha subido alrededor de un 5%, calcula que este 2023 puede haber hasta un 5% más de bodas respecto a 2019.
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