El aviso de Sanidad para usar bien el repelente contra mosquitos y otros insectos y no tener efectos secundarios

Durante el verano proliferan los insectos en todas partes, en las casas, donde se cuelan cuando se abren las ventanas por la noche y en el exterior, donde la visita con mayor asiduidad a entornos naturales hace que las personas se expongan al contacto con todo tipo de insectos, cuyas picaduras pueden resultar muy molestas. Por ello, es en esta época del año cuando aumenta de la demanda de repelentes de insectos de uso humano.

Se trata de productos biocidas del tipo 19 (TP19) y contienen sustancias activas de carácter biocida, cuya finalidad es ahuyentar y repeler a los organismos nocivos, capaces de transmitir enfermedades infecciosas a través de su picadura. El Ministerio de Sanidad recuerda que “las enfermedades transmitidas por vectores suponen una preocupación para la salud pública mundial y constituyen el grupo de enfermedades que más está creciendo en el mundo”.

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Los mosquitos o garrapatas son responsables de la transmisión de agentes infecciosos causantes de enfermedades como la fiebre amarilla, el dengue, el virus zika, el chikungunya, la fiebre del Nilo occidental o la fiebre hemorrágica de Crimea Congo. Aunque, en España, la transmisión de enfermedades por mosquitos tigre ha sido muy limitada y, en general, se han relacionado con casos importados.

Para protegerse de sus picaduras, muchas personas recurren a los replentes durante en verano, y ante el aumento de su consumo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha publicado sus recomendaciones para utilizar correctamente estos productos.

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El producto es un ungüento, ya sea en forma de crema que se extiende o spray, o que contribuye a crear una barrera protectora con olor que ahuyenta a los insectos. Deben utilizarse aquellos autorizados por Agencia Española de Medicamentos o la Dirección General de Salud Pública, puesto que son los más seguros y eficaces.

La agencia sanitaria recomienda aplicar el producto en la mano y extenderlo por las partes del cuerpo que no estén cubiertas por la ropa. También indica que se deben lavar las manos y el resto del cuerpo donde se ha aplicado el producto cuando concluya su tiempo de protección.

Destacan la importancia de que no entre en contacto con partes delicadas del cuerpo como los ojos, los labios, las mucosas, y en heridas o zonas enfermas o sensibles de la piel.

Se pueden utilizar los dos productos al mismo tiempo, pero primero se extiende el fotoprotector y se deja absorber, y segundo, el ungüento anti-insectos.

La crema es válida para niños, pero recomiendan que sean los adultos los que se la apliquen. Sin embargo, en caso de menores de tres años se debe consultar cómo proceder con el pediatra.

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