Qué son los incendios inapagables, el fenómeno que amenaza España este verano

Estos incendios son capaces de modificar las condiciones meteorológicas de la zona afectada, provocar tormentas de fuego e impactar de forma dramática en pocas horas

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La Unidad Militar de Emergencias (UME) combaten las llamas de un incendio en Villanueva de Viver, cerca de Montán, Comunitat Valenciana (UME/Cedida a través de REUTERS)
La Unidad Militar de Emergencias (UME) combaten las llamas de un incendio en Villanueva de Viver, cerca de Montán, Comunitat Valenciana (UME/Cedida a través de REUTERS)

El efecto del cambio climático convierte los veranos de España en una constante alarma por incendios. Después de un trágico 2022 donde ardieron más de 250.000 hectáreas por todo el país, se identificaron 61 Grandes Incendios Forestales (GIF), tres veces más que el promedio anual de la década.

Un GIF es aquel donde arden al menos 500 hectáreas, y aunque solo representan el 0,22% de los incendios, son responsables de la quema del 60% de las hectáreas que son abrasadas. Dentro de estos, hay una subcategoría identificada por los científicos y organizaciones ecologistas que toman varios nombres como “megaincendios” o “incendios de sexta generación”, aunque su significado es el mismo: son imposibles de apagar.

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Estos incendios inapagables tienen características por las que ningún hidroavión ni ningún cuerpo de bomberos puede abordar su extinción. “Hace décadas, estas situaciones eran muy poco frecuentes y ocurrían en incendios de mucha extensión”, sostiene el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en su último informe, donde alerta de este tipo de incendios y apunta a abordar los incendios desde la prevención.

Lourdes Hernández, portavoz de WWF, da una explicación técnica: “Los bomberos advierten que no pueden actuar allí donde la energía supera los 10.000 kilovatios por metro cuadrado. Pero por poner en contexto, la energía del incendio de Portugal de 2017 fue de 140.000 kilovatios y el de La Culebra (Zamora) este año alcanzó los 90.000 kw”. Mientras la fuerza del fuego es tan desmesurada, solo se puede ver cómo arde el monte.

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Ahora, estos fuegos imposibles de apagar nacen de “fuegos muy pequeños que liberan energías descomunales capaces de producir pirocúmulos”, sostiene la organización. La fuerza es tan implacable que estos incendios son capaces de modificar las condiciones meteorológicas de la zona afectada, provocar tormentas de fuego e impactar de forma dramática sobre el paisaje y las vidas del entorno.

Este verano, a juzgar por cómo fue 2022 y cómo han transcurrido los primeros meses de 2023, será para vigilar posibles conatos de incendios que terminen en masacres de montes enteros. Sin ir más lejos, el incendio de Zamora de este año arrasó 64.000 hectáreas, dato que corresponde al 6% de la provincia.

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