El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la adquisición de nuevo armamento para los submarinos S-80, la nueva familia de sumergibles de la Armada y cuyo primer buque está previsto que entre en servicio el próximo noviembre, según anunció, la semana pasada, el nuevo comandante de la Flotilla de Submarinos, capitán de navío Pedro Márquez de la Calleja, durante la ceremonia de toma de mando. En concreto, el Gobierno ha autorizado la compra de minas de fondo multi-influencia con “las últimas mejoras tecnológicas” y compatibles con los nuevos tubos lanzatorpedos de los submarinos S-80, dado que las minas MCC-23D, con las que cuenta en la actualidad la Armada, no pueden ser usadas en los nuevos sumergibles españoles debido a las diferencias de diseño con la clase anterior, los S-70. El valor estimado del contrato es 15.516.563 euros.
Previsiblemente, este contrato sea adjudicado a la firma española Saes, que a día de hoy es el suministrador habitual de la Armada para este tipo de armamento. Esta compañía oferta su familia de minas navales inteligentes Minea, las que asegura son las “más avanzadas” de su categoría actualmente en fabricación. Las mismas son diseñadas tanto en formato troncocónico como cilíndrico, estas últimas especialmente pensadas para ser lanzadas a través de tubos lanzatorpedos de submarinos, por lo que sería el modelo que planea incorporar el Ministerio de Defensa. Estos sistemas están dotadas de una serie de sensores que permiten medir las distintas influencias del blanco a destruir: magnéticas, eléctricas, acústicas y de presión.
El armamento de los submarinos S-80
Los futuros submarinos de la Armada española, que poseen seis tubos lanzatorpedos de 533 milímetros, dispondrán de un amplio armamento que, además de minas, consiste en torpedos y misiles antibuque con capacidad de atacar también objetivos terrestres. Así, la nueva flota de sumergibles de España estarán equipado con torpedos pesados y filoguiados DM2A4, que fueron adquiridos, en 2005, a la compañía alemana Atlas Elektronik por algo más de 75 millones de euros.
Te puede interesar: Así será el ‘Poseidón’, el futuro buque rescata submarinos de la Armada de España
Este torpedo destaca por haber sido el primero en poseer un carrete que aloja un cable de fibra óptica que lo conecta al submarino y que al ser lanzado se va desenrollando a medida que se aleja del buque. Este cable permite la transferencia de información entre el arma y el sumergible, posibilitando su guiado. El producto germano presenta un peso de 1.500 kg y 6,6 metros de longitud, pudiendo alcanzar velocidades de hasta 90 km/h. Además, tiene un alcance de hasta 50 km en su versión corta y de hasta 140 km en la larga.
Te puede interesar: El Gobierno fortalece a la Armada: 550 millones de euros para la compra de otros dos patrulleros oceánicos
Además, los S-80 desplegarán misiles Harpoon Block II, fabricados por la empresa Boeing. Desde la empresa estadounidense explican que los Harpoon emplean un sistema de guiado de búsqueda activa por radar y sigue una trayectoria de crucero a ras del mar para una mayor eficacia. La submarinos de la Armada estarán equipados con la versión naval del sistema, denominada UGM-84, que cuenta con un impulsor de combustible sólido encapsulado en un contenedor para permitir su lanzamiento desde debajo de la superficie. Esta versión puede impactar con sus 221 kg de explosivos en objetivos a una distancia de hasta 120 km, a una velocidad de Mach 0,85. Cada misil pesa 628 kg y tiene una longitud de 4,6 metros.
Sin Tomahawk y la posibilidad de misiles noruegos
Si bien el sumergible desarrollado por la empresa estatal Navantia cuenta también con las preinstalaciones para el lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk -de diseño estadounidense- por ahora no se prevé que los submarinos españoles dispongan de esta capacidad. Estos misiles tienen un alcance de hasta 1.600 kilómetros y, en la actualidad, solo son utilizados por Estados Unidos y el Reino Unido, aunque Japón ya ha mostrado interés en adquirir esta arma.
Por otro lado, la Armada baraja la posibilidad de integrar también el misil antibuque NBS, de la empresa noruega Kongsberg, en los submarinos S-80, según lo publicado por el medio especializado Infodefensa. Este interés responde a que España ya seleccionó los sistemas nórdicos para equipar a las futuras fragatas F-110, cuya construcción está llevando a cabo Navantia en sus astilleros de Ferrol, en Galicia, y en las actuales F-100, cuando se emprenda su modernización. El NSM tiene un alcance de hasta 200 km, llega a velocidades de Mach 0,9 y posee un sistema inteligente de identificación con cámara infrarrojas que lo posibilita a reconocer el objetivo y sortear obstáculos o señuelos. De concretarse este proyecto, los submarinos S-80 podrán lanzar tanto los misiles noruegos como los Harpoon.
Seguir leyendo: