Novak Djokovic es el segundo tenista con más Wimbledon de la historia. Empatado con William Renshaw y Pete Sampras gracias a sus siete títulos, sólo Roger Federer, con ocho, les supera. Tan importante empieza a ser el legado del jugador serbio en el Grand Slam de la hierba que en la presente edición del torneo tiene la ocasión de igualar al helvético como máximo ganador masculino del evento. El favoritismo de Nole en Londres este 2023 es prácticamente indiscutible: Carlos Alcaraz parece la alternativa más sólida, a día de hoy, a la hora de evitar un tercer entorchado consecutivo del actual número 2 del mundo.
Caprichos del calendario, el español, líder de la ATP de nuevo gracias a su reciente victoria iniciática en el pasto en Queen’s, cuenta ahora con 20 años. Los mismos que tenía Djokovic en Wimbledon 2007, cuando protagonizó su mejor actuación hasta entonces en el All England Tennis Club y acarició, como previamente en Roland Garros, el debut en la final de un grande. Este se daría poco después, en el US Open de ese mismo año, pero el concurso del de Belgrado ya fue digno de elogio en las semanas previas: nunca había brillado tanto en París y en la capital británica.
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Un camino plagado de trampas para el joven Djokovic
Después de llegar hasta semifinales de Roland Garros, en las que cayó frente a un Rafa Nadal a la postre campeón por tercera vez (7-5, 6-4, 6-2), Djokovic aterrizó en los dominios del Big Ben como integrante de pleno derecho del Top 5 del ranking. Wimbledon no era, en esos momentos, la competición sobresaliente para el balcánico en la que se convertiría más tarde: en 2005 había alcanzado la tercera ronda y en 2006 la cuarta.
Las facilidades se terminaron para Nole una vez superada la primera ronda, en la que acabó con Potito Starace (6-0, 6-3, 6-4). A partir de su segundo partido, disputar cuatro sets se convirtió en la dinámica habitual para él en ese Wimbledon. En segunda ronda, lo hizo contra Amer Delic (6-3, 3-6, 6-3, 7-6 [4]). En la tercera, ante Nicolas Kiefer (7-6 [4], 6-7 [6], 6-2, 7-6 [5]). Y en octavos, frente al exnúmero uno Lleyton Hewitt (7-6 [8], 7-6 [2], 4-6, 7-6 [5]).
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Eso sí, la madre de todas las batallas para Djokovic llegaría en cuartos de final, con Marcos Baghdatis al otro lado de la red. En un partido que alcanzó las 5 horas exactas de duración, Nole aguantó la dura resistencia del chipriota, que amagó con la remontada, durante cinco sets para la historia (7-6 [4], 7-6 [9], 6-7 [3], 4-6 y 7-5). Todo parecía indicar que a continuación se presentaba otro duelo tan o más apasionante contra Nadal, en la reedición de las semifinales de París.
Sin embargo, los problemas físicos hicieron acto de presencia en el encuentro contra el manacorense. Tras un 6-3 para Djokovic en el primer set y un 6-1 favorable a Nadal en el segundo, el partido llegó a su fin cuando el español mandaba 4-1 en la tercera manga: el codo del serbio dijo ‘basta’ y le impidió continuar.
Tendrían que pasar cuatro años para que Djokovic, en 2011, fuese campeón de Wimbledon por primera vez. ¿Conseguirá Alcaraz igualar o mejorar en la actualidad el rendimiento que mostró en suelo londinense su máximo rival cuando tenía la misma edad que él? Sólo el tiempo lo dirá.
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