Un año de la tragedia del Medusa Festival, el evento que dejó un muerto y 40 heridos: ¿qué falló en la organización?

Varios de los protagonistas han roto su silencio tiempo después del suceso que ocurrió en Cullera hace un año

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Los servicios de emegencia en
Los servicios de emegencia en el Medusa Sunbeah Festival el pasado verano. (Europa Press)

Falta poco más de un mes para que reabra el Medusa Sunbeach Festival, probablemente uno de los festivales de música electrónica más importantes de nuestro país. Con invitados como David Guetta, Oliver Heldens o Don Diablo, el espectáculo que tendrá lugar en Cullera (Valencia) entre los días 9 y 14 de agosto no podría prometer más, si no fuera por la alargada sombra que se cierne sobre él, y que retrotrae a muchos a la tragedia vivida hace tan solo un año en ese mismo recinto.

Porque a pesar de que el festival pueda volver a celebrarse un año más, hay quien no olvida lo que sucedió el verano de 2022, cuando un “reventón térmico” puso patas arriba la estructura del festival llevándose por delante la vida de un joven y dejando a más de 40 heridos a su paso. Ese “reventón térmico” era nada menos que una tormenta de viento en plena playa de Cullera que arrastró por completo el escenario, a pesar de los contrapesos de varias toneladas que lo mantenían firme. Un año después de aquella tragedia, y en vísperas de la reapertura del festival, muchos de sus protagonistas han roto su silencio al respeto.

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Aunque en primera instancia se aseguró que todo había transcurrido con normalidad y que había sido una racha de viento ajena a los preparativos del festival lo que había arruinado todo, en las últimas semanas han salido nuevas declaraciones que parecen dar algo más de contexto a la situación en la que se produjo la tragedia. Afectados, responsables, participantes... varios de los testigos del evento han ido poco a poco rompiendo el silencio que hasta ahora se mantenía de lo ocurrido. Buena parte de ellos gracias a la labor de Equipo de Investigación, quien en su último programa ha realizado un concienzudo recorrido por el lugar y los protagonistas que allí lo vivieron.

El Ayuntamiento de Cullera, que no es responsable directo del Medusa pero sí se encarga de supervisar que cumpla con todos los permisos pertinentes, es el primero en salir al paso y defender que todo se llevó a cabo de acuerdo a lo establecido y por tanto no hubo ninguna irregularidad que provocase el accidente. ”Se ha realizado en muchos años y siempre contando con los permisos pertinentes”, declaraba Josep Moreno, portavoz del Ayuntamiento, a pesar de señalar que el montaje nunca ha contado con el visto bueno del Ayuntamiento, si bien el Medusa no lo necesita, solo que los documentos estén en regla.

Víctimas y trabajadores, distintos testimonios

En una línea muy distinta se encuentran otra serie de protagonistas y profesionales. El programa llamó a consulta a la arquitecta Teresa Blanco, especializada en estructuras temporales, quien declaraba que no hubiera aceptado la obra por distintos motivos, en base al informe pericial realizado, y en el que se observa que los soportes estaban “simplemente apoyados en el suelo” o “sujetos mediante unas piquetas y anclados con cinta”. Por otro lado, los sistemas de sujeción utilizados también llamaban la atención, con cintas de persiana, cuerdas y alambres, así como estructuras enteras fijadas a maceteros.

La serie de circunstancias extrañas en las que se precipitó todo tampoco pasaron desapercibido para Sergio, otro de los testigos y que además trabajaba en el festival aquella noche. “La música seguía y a los 5 o 10 minutos yo creo que ya se empezaron a dar cuenta de la situación, bajaron la música y ya empezaron primero a desalojar a la gente y luego a los trabajadores”, desvela el trabajador, quien denunciaba que la empresa les dijo que el festival se cancelaba y que se marcharan sin apenas dar detalles, y citándoles para el día siguiente a la hora de siempre. “Por favor, chicos, se agradece la discreción. Mañana todo el mundo a sus puestos en su horario habitual. Muchas gracias”, enseñaba en un escueto mensaje esa misma noche, para que al día siguiente finalmente cancelasen el festival y declarasen luto en el pueblo por el fallecimiento de un joven de 22 años.

El Medusa también dejó varios heridos, más de 40 y algunos de ellos con lesiones irreversibles. Marilyn fue una de las muchas jóvenes que acudieron al festival, y tuvo la desgracia de ser una de las afectadas por el desprendimiento de las estructuras del escenario, en su caso dejando daños irreparables en su espalda. “No puedo andar mucho o si ando necesito una muleta. Estoy con dolores, a veces no puedo ni salir de la cama. Es muy difícil reconstruirme. Además de la parte mental, que estoy muy tocada. Veo el Medusa, volviendo a hacer el festival y nosotros estamos detrás como si no hubiera pasado nada”, declaraba una de las víctimas de un festival que, a pesar de todo lo ocurrido hace menos de un año, continuará con una nueva edición este mismo verano, mientras sus víctimas aún esperan la resolución judicial.

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