Fernando Alonso no pudo volver a subirse al podio en el Gran Premio de Austria. La última cita del Mundial de Fórmula 1 dejó uno de los peores resultados para el bicampeón del mundo español en lo que va de temporada: un sexto puesto que finalmente se convirtió en un quinto debido a la reclamación que Aston Martin llevó a cabo por la aplicación de los límites de pista, gran caballo de batalla de toda la parrilla durante el fin de semana.
Pasarse de la raya (nunca mejor dicho) llevó a que Carlos Sainz cayese de la cuarta a la sexta posición, al ser sancionado con 10 segundos de penalización. No fue el único damnificado por la friolera de 1.200 casos revisados por la FIA: Pierre Gasly, Lewis Hamilton, Alexander Albon, Logan Sargeant, Nyck de Vries y Yuki Tsunoda también fueron perjudicados por la reclamación, liderada por el director deportivo de Aston Martin, Andy Stevenson.
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Este último ya consiguió que Alonso mantuviese su tercer puesto en Australia y fue el gran causante de la mejoría clasificatoria del asturiano en Spielberg. Algo que fue posible, casualidades del destino o no, por el artículo 33.3 del Reglamento Deportivo de la Fórmula 1. El guiño es fácil de advertir para cualquier aficionado que esté siguiendo el curso 2023 mínimamente: la cifra coincide con la del número de victorias que Magic habrá conseguido en el Gran Circo en cuanto vuelva a ganar una carrera.
El artículo 33.3 que favoreció a Aston Martin
“Los pilotos deben hacer todo lo posible por utilizar la pista en todo momento y no pueden abandonarla sin una razón justificable. Se considerará que los pilotos se han salido de la pista si ninguna parte del coche permanece en contacto con ella y, para evitar dudas, cualquier línea blanca que defina los bordes de la pista se considerará parte de la pista, pero no los pianos”, asegura el reglamento en este punto.
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Se añade que “si un coche se sale de la pista, el piloto puede volver a incorporarse, pero solo podrá hacerlo cuando sea seguro y sin obtener ninguna ventaja duradera”. Con una matización importante a continuación: “A discreción absoluta del Director de Carrera, un piloto puede tener la oportunidad de devolver la totalidad de cualquier ventaja que haya obtenido al abandonar la pista”.
La FIA dejó muy claro que cuatro infracciones habían conllevado una sanción de 5 segundos y que cinco se habían llevado un castigo de 10 segundos. Además, “los comisarios recomiendan encarecidamente que se encuentre una solución a la situación de los límites de pista en este circuito”. Un dilema que está claro que debe resolverse, ya que no hay ningún otro trazado tan conflictivo como el austríaco en este ámbito.
Al menos, el galimatías de los límites favoreció, de alguna manera, a Fernando Alonso. Lo cual no quita para que este no fuese uno de los Grandes Premios que más vaya a recordar en la presente campaña: las mejoras de Aston Martin pasaron más desapercibidas de lo que hubiese sido deseable y la 33 (aunque sí tuviese su efecto en el plano reglamentario) sigue haciéndose de rogar.
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