La llegada del mes de julio da comienzo a las deseadas vacaciones de verano, con las que anónimos y famosos dejan atrás la rutina para disfrutar durante unos días de escenarios nuevos. También aquellos de sangre azul, pues los miembros de las familias reales tampoco dejan pasar la oportunidad de descansar y pasar desapercibidos disfrutando del buen tiempo. Si los reyes de España, Felipe y Letizia, aprovechan esas semanas para viajar a lugares desconocidos, pues consideran que es algo que pertenece a su privacidad, hay otros monarcas que no tienen problema en compartir a dónde van.
Unos de ellos son Guillermo y Máxima de Holanda, que desde hace más de una década veranean en una impresionante mansión ubicada en la isla griega de Spetses. Se trata de una vivienda que compraron en el año 2012 y que se ha convertido en su refugio, pues allí logran pasar totalmente desapercibidos. El matrimonio se quedó prendado de esta ubicación en 2010, cuando asistió a la boda de Tatiana Blatnik y Nicolás de Grecia y desde entonces no han faltado.
Te puede interesar: El camino de Máxima para llegar a ser reina de Países Bajos: un mail filtrado y la disputa por su pelo
La propiedad de los reyes de los Países Bajos tiene una extensión de 4.000 metros cuadrados de terreno y pagaron por ella 4,5 millones de euros. Situada en Doroufi, destaca por sus impresionantes vistas al mar y es que está situada al borde del mar Egeo. Dividida en tres casas independientes de fachadas blancas, la principal cuenta con un dormitorio de 100 metros cuadrados que tiene jacuzzi en la habitación y sala de estar, otras dos habitaciones con baño y un amplio salón con cocina incorporada. Tiene además su propia piscina, pista de tenis y un muelle y puerto privado desde el que salir a navegar. Además, por motivos de seguridad también cerraron una parte pública de la playa, algo que creó bastante polémica entre activistas y vecinos de la zona, quienes denunciaron que no se pudiera acceder a lo que hasta poco antes era terreno público.
Asimismo se denunció el levantamiento ilegal de la segunda vivienda, dedicada a los guardaespaldas de la Familia Real, y es que no se contaba con los permisos adecuados. Por todo ello el gobierno griego tuvo que dar explicaciones, movilizando a tres ministerios que decretaron que se había hecho así por motivos de seguridad.
Gracias a estas medidas de protección no existen imágenes de la Familia Real holandesa en el pueblo en el que se ubica su villa, donde todos los veranos pasan una larga temporada alejados de todo y de todos. Sí que se dejan ver por la isla, pues lejos de esconderse es habitual verles disfrutar de sus principales atractivos, pues se han convertido en unos grandes embajadores de la zona.
Seguir leyendo: