Alejandro Marín estaba estudiando el máster de ópera prima de la ESCAC cuando empezó a desarrollar esta película junto a su compañera Carmen Garrido. Coincidió precisamente con el 40 aniversario de la primera manifestación LGTBIQ+ en Barcelona, de la que hasta ese momento no habían tenido noticia. ¿Cómo es posible que los propios miembros del colectivo no supieran de su historia más reciente? Esa pregunta comenzó a obsesionarlo y ahí empezó a gestarse el germen de Te estoy amando locamente, en la que quiso hacer un homenaje a todas aquellas personas que arriesgaron su vida para defender su identidad en libertad.
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“Mucha gente de las nuevas generaciones no sé si son conscientes de que no hace mucho existía una Ley de Vagos y Maleantes que encerraba a las personas por su orientación sexual, ni que se hacían terapias de electroshock para intentar inhibir la homosexualidad ”, cuenta el director a Infobae España, que empezó a informarse y llegó a la historia de Mar Cambrollé, activista por los derechos trans que formó un movimiento en Sevilla a finales de los años setenta cuyas reuniones, paradójicamente, tenían lugar en el Palacio Arzobispal. “Fue entonces cuando pensamos, aquí tenemos una historia, porque era una forma de acercarnos al activismo desde sus inicios, introduciéndonos dentro de la lucha sindical, la lucha feminista, ya que todas estaban íntimamente unidas”, continúa.
Recuperar la memoria y los referentes históricos
Te estoy amando locamente se centra principalmente en la relación entre una madre, Reme (Ana Wagener) y su hijo Miguel (Omar Banana) y de cómo su relación empieza a cambiar a partir del momento en el que el joven sienta la necesidad de expresar su identidad. Al principio, su madre querrá mantener ocultas las preferencias de su hijo, por el qué dirán, pero poco a poco se dará cuenta de que lo importante es Miguel, y no lo que piense el resto de la gente.
Precisamente estas semanas se estrenaba también Las noches de Tefía, serie de Atresplayer en la que Miguel del Arco también se encargaba de escarbar en la memoria histórica y en los campos de concentración en los que eran encerrados los homosexuales durante el régimen franquista. “Yo creo que es un síntoma que ambas ficciones coincidan en el tiempo. En mi caso, nosotros empezamos la película cuando VOX llegó al Parlamento en Andalucía, básicamente porque fue la primera vez que le vi las orejas al lobo. Aumentaron los delitos de odio, las agresiones, y es algo que no ha parado de crecer en estos últimos años, así que es necesario contar la historia de toda esa gente que luchó por los derechos que ahora nosotros disfrutamos, para que no se olvide lo difícil que fueron de conseguir”, dice Alejandro Marín.
La película precisamente ha sido la encargaba de dar este año el pistoletazo de salida al Orgullo en Madrid y, en ese sentido, el equipo de intérpretes, capitaneado por Alba Flores, se encargó de realizar un pregón de lo más reivindicativo, para que la censura de la ultraderecha y la intolerancia que desprende no se encargue de arruinar los derechos conseguidos. “Hay que hacer memoria y no podemos repetir los errores del pasado”.
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Para el director resultaba fundamental que estuvieran representados todos los miembros del colectivo y que los personajes estuvieran interpretados por personas queer. Por eso en el reparto encontramos, además de a Alba Flores y Omar Banana, a nombres como Álex de la Croix, cineasta y activista, a La Dani, de género no binario que ha construido una sólida carrera musical o a Lola Buzón. “Me pareció importante que fueran personas comprometidas con aquello que se estaba contando”, afirma el cineasta. “Yo creo que eso les permitió estar muy conectados con la historia”.
Te estoy amando locamente podría conectarse con el espíritu que desprenden películas como Pride o Billy Elliot, con esa ola de cine británico social en el que también latía un imaginario retro y pop. Para el director era importante que fuera una película accesible para todos los públicos, para que gente de todas las edades pudiera acercarse a ella. “No tenía sentido hacer una película así solo para gente del colectivo, porque al final nos dimos cuenta de que quienes tenían que escuchar esta historia eran las personas que cuestiona el Orgullo, que nos quieren retrotraer a esa España oscura. No queríamos que fuera panfletaria, sino que conectara desde un lugar muy cercano. Y que cuando salieras del cine, te sintieras un poco identificado con la lucha de los personajes”.
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