Políticos de Hispanoamérica se reúnen en Madrid y plantean desafíos comunes: “La libertad se abrirá camino”

Mario Vargas Llosa creó la Fundación Internacional para la Libertad (FIDI) hace más de 20 años. Con ella, aspiraba a poner en alza tesis ideológicas y económicas que retomaran el poder en América Latina. Si hace dos décadas su continente experimentaba un viraje hacia la izquierda que el premio Nobel quería combatir, este año, en 2023, como si de movimientos cíclicos se trataran, el autor peruano ha vuelto a invocar en Madrid la defensa de la democracia liberal y la economía de mercado junto a las principales voces de la derecha latinoamericana tras las victorias de Lula Da Silva en Brasil, Gabriel Boric en Chile, Gustavo Petro en Colombia, Alberto Fernández en Argentina y la continuidad en el tiempo de Nicolás Maduro en Venezuela y Miguel Díaz-Canel en Cuba.

“Tarde o temprano, por difíciles que parezcan las cosas, la causa de la libertad se abrirá camino”, aseguraba Vargas Llosa en su discurso de inauguración del XVI Foro Atlántico. El concepto de “libertad” ha servido en Madrid para ganar elecciones e Isabel Díaz Ayuso es el ejemplo, así que tal vez por eso, el escritor utilizó el concepto como hilo conductor de esta jornada celebrada este viernes en la capital de España. Organizada en el lujoso Hotel Wellington, el pensador peruano incidía en el motivo de la reunión: “Debatir los asuntos iberoamericanos que preocupan a todos”, aunque también se contó con la presencia de figuras importantes del Partido Popular como Cayetana Álvarez de Toledo o Javier Fernández-Lasquetty para analizar las próximas elecciones generales del 23 de julio en clave de cómo las fuerzas de la derecha pueden vencer a Pedro Sánchez.

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Entre esas preocupaciones que apuntaba Vargas Llosa, el auge de movimientos totalitaristas como el de Nayib Bukele en El Salvador o Daniel Ortega en Nicaragua coparon parte de las intervenciones de los ponentes en este Foro Atlántico. “En América Latina se hacen cosas que no se hacen en otras regiones del mundo”, se lamentaba en su intervención Manuel Hinds, exministro de El Salvador durante los años 90. “La democracia liberal no es el crecimiento económico, es tener una estructura en la que se da dignidad al ser humano para tener libertad”, apuntaba para zanjar e incidir en el concepto sobre el que giraron todas las intervenciones.

Las grandes intervenciones de la jornada tuvieron lugar al final, cuando coincidieron en la misma mesa de ponentes el expresidente argentino Mauricio Macri, el expresidente chileno Sebastián Piñera, el expresidente mexicano Felipe Calderón y el presidente de Paraguay Santiago Peña. Todos cabalgaron las mismas ideas y aspiraciones: recuperar el poder tras este nuevo ciclo progresista que atraviesa el continente.

“López Obrador tiene la única prioridad de mantener el poder con estrategias populistas”, sostuvo Calderón, para asegurar que “hay que rescatar a estos países, México incluido”. Macri, alineado en este mantra, sostuvo que “Argentina ha dado un paso muy grande” para la caída del peronismo y comparó la victoria en el Mundial de Qatar con cuestiones políticas: “Esos valores que mostraron los hemos abrazado y los argentinos esperan ahora un gobierno con coraje” ya que “las próximas elecciones definirán los próximos 20 años”. “América Latina no ha girado hacia el comunismo”, quiso asegurar Macri como valoración final para llamar a nuevas estrategias para retomar el poder en las naciones donde ha habido cambio de tornas. Piñera estuvo presente en esa llamada entre expresidentes, pero los problemas técnicos de la organización impidieron que su intervención se entendiera en el salón.

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Pero no solo de derrotas se alimentó el evento. También estuvieron presentes representantes de gobiernos latinoamericanos que sí comulgan con las ideas que defiende Vargas Llosa. Uno de ellos fue Ito Bisonó, ministro de Industria de la República Dominicana, que presumía en su ponencia de cómo su gobierno “ha podido exhibir crecimientos macroeconómicos” sin “caer en tentaciones populistas y maximizando la fortaleza de las instituciones”. El representante del Ejecutivo de Luis Abinader apuntaba, como conclusión para cerrar filas con los presentes, que “una amenaza totalitaria en uno de nuestros países es una amenaza para todos”.

El acto también contó una voz importante de la oposición en Argentina. Patricia Bullrich, una de las líderes de la coalición de Juntos por el Cambio y aspirante al gobierno de la nación, quiso mostrar una versión optimista de su candidatura: “Nunca vi un gobierno tan malo como el de Alberto Fernández en Argentina, agravó todos los problemas. Ellos han generado esta crisis y señalan a los que vienen. Por eso, nuestra campaña es de resistencia democrática”, argüía la candidata a través de una videollamada.

De la misma forma, la intervención de Cristián Larroulet, que formó parte del Gobierno de Sebastián Piñera en Chile, auguraba un sentir que, a su juicio, acabará impregnando su país tras la legislatura de Gabriel Boric: “El país va a quedar vacunado de la izquierda por bastante tiempo”, prometió.

Entre los invitados más aplaudidos estuvo Leopoldo López, uno de los políticos más reconocidos de la oposición venezolana. El exalcalde de Chacao acudió junto a su mujer, Lillian Tintori, y no titubeó en tildar al Gobierno de Nicolás Maduro como una “autocracia” que sigue en el poder “por el apoyo internacional que tiene”, por eso su llamado a la complicidad entre los movimientos contrarios a Maduro, a los que pidió “más unión”.

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