Los hogares se empobrecen por la inflación pero el 10% más pobre gana poder adquisitivo gracias al IMV

El 80% de los hogares perdieron poder adquisitivo entre 2019 y 2021, al contrario que los hogares más pobres, que aumentaron un 5,3% sus ingresos en términos reales

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Trabajadores atienden las consultas de los ciudadanos en una oficina de la Seguridad Social (EUROPA PRESS).
Trabajadores atienden las consultas de los ciudadanos en una oficina de la Seguridad Social (EUROPA PRESS).

La pandemia y la crisis inflacionista han impactado en los ingresos de los hogares desde 2020, pero lo han hecho de distinta manera según el nivel de renta y las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar el previsible empobrecimiento. El resultado de este conjunto de situaciones ha sido que los hogares más pobres fueron los que más ingresos perdieron en el año 2020, pero recuperaron terreno en 2021 e incluso ganaron poder adquisitivo gracias al Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Según el artículo del economista Ángel Martínez publicado en Esade, que analiza qué pasó con la desigualdad de ingreso en España durante la pandemia, el 80% de los hogares perdieron poder adquisitivo entre 2019 y 2021 en términos reales, pero se logró reducir la desigualdad gracias al “gran crecimiento de renta” entre el 10% de hogares más pobres.

Sus cálculos, elaborados con los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, constatan que el 66% de los hogares no tuvieron pérdidas significativas de renta en 2020, en gran medida por la puesta en marcha de los ERTE, pero el 33% más pobre sí perdió poder adquisitivo. Sin embargo, en 2021 la inflación quitó poder de compra a la mayor parte de los hogares mientras que el 10% más pobre pudo recuperar todo lo perdido durante la pandemia e incluso aumentó su renta.

Si los datos se deflactan, es decir, se elimina el efecto de la inflación, el resultado es que el 10% de los hogares más pobres percibieron unos ingresos un 5,3% superiores en términos reales entre 2019 y 2021, mientras que la mayor parte de los hogares perdieron entre un 0,8% y un 1,7% pese a que también incrementaron sus ingresos nominales. Solo el 20% de hogares más ricos evitó perder poder adquisitivo, aunque su ganancia fue reducida (entre un 0,1% y un 0,9%).

Variación de los ingresos de los hogares entre 2019 y 2021. Fuente: Ángel Martínez, Esade.
Variación de los ingresos de los hogares entre 2019 y 2021. Fuente: Ángel Martínez, Esade.

La clave de esto reside en el papel que han jugado las prestaciones asistenciales. Según explica Martínez, los hogares que forman parte del primer decil de renta han multiplicado por dos los ingresos medios correspondientes a asistencia social y esto se ha producido porque estas prestaciones han llegado a más familias que en 2019 a raíz de la puesta en marcha del IMV en 2020. Desagregando por el origen del aumento de la renta del 10% de los hogares más pobres se constata que el 51,8% proviene del crecimiento los ingresos por asistencia social. El segundo componente más importante es el crecimiento de las pensiones (32%) y de manera residual se sitúan los ingresos laborales y de capital, con un 8%.

El aumento del IMV en 2022 cubrió al 79% el impacto de la inflación

El análisis de Martínez llega solo hasta 2021 por el retraso de dos años que tienen los datos fiscales en los microdatos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Sin embargo, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha realizado una aproximación sobre el impacto que la inflación de 2022, del 8,4% anual, tuvo en los beneficiarios del IMV.

Según su análisis, el incremento del 15% en las nóminas del IMV que introdujo el Ministerio de Seguridad Social desde abril de 2022 cubrió el 79% el aumento del gasto que experimentaron los hogares como consecuencia de la inflación, lo que habría frenado en parte que el poder adquisitivo ganado en 2021 lo perdieran en 2022. No obstante, la AIReF avisa de que el aumento del 15% “no es una medida eficaz” para compensar a los hogares con las nóminas bajas de IMV.

Pese a estos efectos positivos, la AIReF constata en su informe que el IMV no avanzó en su cobertura en 2022 respecto a 2021 y se mantuvo en los 284.000 hogares beneficiarios de los 800.000 hogares potenciales que podrían recibirlo. A esto se suma que esta prestación solo llegaría al 34% de las personas con carencia material y social severa en España si estuviera desplegada completamente y los impactos negativos derivados de las revisiones que se producen cada año. Según la AIReF, esto habría perjudicado casi a la mitad de los beneficiarios en 2022 y 48.000 hogares tendrán que devolver toda la prestación cobrada al comprobar posteriormente la Seguridad Social que realmente no tenían derecho a percibirla.

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