La Jefatura Superior de la Policía Nacional ha anunciado este viernes la desarticulación de una organización criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres en situación irregular. El grupo estaba estructurado y jerarquizado: sus integrantes contaban con tareas definidas, desde captadores a través de internet a controladores de víctimas, pasando por conductores encargados de trasladar a las mujeres para ejercer la prostitución.
Las víctimas vivían en un sótano. Eran obligadas a trabajar 24 horas al día los siete días de la semana y a consumir sustancias estupefacientes durante los servicios sexuales. La organización operaba en un chalet en Leganés y en un piso de Móstoles. Además, en estas mismas localidades se vendía cocaína y otros medicamentos empleados como potenciadores sexuales.
Investigación policial
La investigación se inició casi tres meses atrás, en marzo, cuando la policía recibió la alerta de un testimonio en la dirección de correo trata@policia.es. Gracias a eso, se localizó a una mujer que se encontraba en situación irregular en España y que era obligada a ejercer la prostitución en el chalet de Leganés junto a otras once víctimas. Estas se publicitaban en internet con anuncios en páginas especializadas en prostitución.
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La operación policial ha terminado con la detención de 22 personas, diez de las cuales eran miembros que conformaban la cúpula de la organización, y con la liberación de seis víctimas.
El inmueble
El chalet contaba con un sistema de videovigilancia que controlaba tanto su interior como su exterior. Así se controlaba los accesos al chalet y los movimientos de las mujeres explotadas en el interior. Asimismo, los agentes constataron que este sistema también servía para monitorizar a los clientes que, antes de llegar, hacían una llamada telefónica. A continuación, se les seguía por las cámaras de seguridad hasta que posteriormente una mujer abría la puerta y salía a su encuentro.
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“Sistema de multas” y condiciones infrahumanas
Las mujeres no tenían ningún tipo de libertad ni autonomía: no poseían llaves del domicilio, por lo que solo podían abandonarlo acompañadas cuando las desplazaban a realizar un servicio a otro lugar. Convivían en condiciones infrahumanas, hacinadas en habitaciones del sótano sin ningún tipo de ventilación. Además, eran controladas mediante un “sistema de multas” para coaccionar a aquellas que no hacían lo que se les pedía.
Los agentes localizaron otro inmueble en Móstoles, donde encontraron las seis mujeres que han sido liberadas. Este local era regentado por una pareja que contaba con otra mujer que hacía las funciones de encargada.
Los detenidos son acusados como presuntos autores de los delitos de prostitución, contra la salud pública, abusos sexuales y la ley de extranjería. Se incautaron varios cuadernos con anotaciones que servían a modo de agenda para registrar los servicios, los pagos y el dinero en metálico recepcionado. Por último, la policía también encontró un documento donde se aleccionaba a las víctimas en caso de ser localizadas por la policía y diversas sustancias estupefacientes, entre las cuales hachís y cocaína.
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