Inundaciones, árboles caídos y coches arrastrados por la corriente en Cataluña

Los intensos aguaceros, acompañados de fuertes vientos, tormenta eléctrica y granizo en algunos casos, causaron varios incidentes el jueves por la tarde en diversas localidades de Cataluña, afectando especialmente el Prepirineo y la Cataluña Central.

Cataluña se encuentra en fase de alerta bajo el ‘Pla Especial d’Emergències per Inundacions de Catalunya’ debido a las fuertes lluvias que se registraron ayer por la tarde en la mitad norte de la región. El Servicio Meteorológico de Catalunya prevé que estas intensas lluvias se alarguen hasta el viernes por la tarde en gran parte del territorio.

Las comarcas de esta zona fueron las primeras en recibir las tormentas. A partir de las 14 h de la tarde, empezaron los aguaceros y las llamadas a los bomberos -que al final del día habían recibido más de 160 avisos- alertando de incidencias por los aguados.

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La localidad de Sant Salvador de Guardiola, en la comarca del Bages (Barcelona), ha sido la más afectada, con 142 litros de agua acumulados. Cuando han empezado los aguaceros, con una intensidad de 41 litros en media hora, la temperatura se ha desplomado más de 10ºC, pasando de 28ºC a 17ºC. En el mismo municipio, la carretera C-37 permaneció cortada en ambos sentidos durante varias horas por desprendimientos. El accidente provocó que numerosas piedras se acumularan en medio de la vía, obstaculizando la circulación.

En Sant Vicenç de Castellet, algunos vecinos han grabado como un vehículo bajaba arrastrado por la corriente en la riera de Castellet. En el vídeo, se escucha a las autoras de las imágenes afirmar que debe haber alguien dentro del coche, ya que se intuyen las luces encendidas. Sin embargo, los Bomberos han confirmado más tarde, mediante un equipo de submarinistas del GRAE, que el vehículo se encontraba vacío. Asimismo, los Mossos localizaron al propietario del vehículo sano y salvo.

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Vic (Osona), ha sido otro de los municipios más afectados, registrando varias inundaciones en bajos y la caída de varios árboles en calles, algunos sobre vehículos estacionados, además de otras destrozas que han afectado, principalmente, a terrazas y bares.

Más tarde la tormenta se ha desplazado hacia la zona de Lleida, con la misma intensidad que empezó en el centro de Cataluña. Algunas vías de esta provincia se han visto afectadas, especialmente la N-230 en su paso por el pantano de Escales, donde se ha alertado por el peligro de desprendimiento de rocas.

Los aguaceros también han dejado varias inundaciones en los pueblos de la zona. En Linyola, La Pobla de Segur, Balguer, Tremp o Aitona, los bomberos han tenido que desplazar efectivos debido a la acumulación de agua por granizo.

La ‘Agència Catalana de l’Aigua (ACA)’ alertó del peligro por incremento del caudal de ríos y rieras, por lo que Protecció Civil ha insistido en mantener la precaución y no acercarse a estas zonas inundables. Además, el organismo pide “mucha precaución en la movilidad” y en el desarrollo de “actividades al aire libre”.

Aproximadamente a las once de la noche de ayer, tenía lugar el espectáculo de inauguración del Grec Festival, el festival internacional de teatro, danza, música y circo que acoge la capital catalana cada verano. La compañía australiana de circo contemporáneo “Gravity & Others Myths”, junto a las treinta y seis cantoras del Cor de Noies de l’Orfeó Català, se vieron obligadas a detener la exhibición inaugural por la necesaria pero inoportuna lluvia.

El Grec esperó a que se pusiera el sol para que la oscuridad de la noche diera paso a los intérpretes y a sus sombras proyectadas en las paredes rocosas del fondo. Se apagaron las luces y los vestidos blancos y grises de los acróbatas australianos se fusionaron con las figuras negras de las cantantes catalanas. El público permaneció absorto por el espectáculo “The Pulse”, un montaje en el que los cuerpos de los intérpretes crean montañas en el aire y las voces generan oleadas de energía que dan vida a esas montañas, hasta que la lluvia los despertó.

El inicio de la función estuvo marcado por varias torres humanas en lo que parecía un guiño a la tradición catalana de “castellers”. Sin embargo, su creador fue el australiano Darcy Grant, que no sabía que llevaría este espectáculo a sus antípodas geográficas cuando lo diseñó durante la pandemia.

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