Hay personajes icónicos del cine que nadie puede imaginar con otro actor. El Tony Montana de Al Pacino, el Travis Bickle de Robert De Niro o la teniente Ripley de Sigourney Weaver son solo algunos ejemplos, pero hay muchos más. Luego hay actores que a lo largo de su carrera se han encargado de dar vida a varios personajes que han terminado siendo icónicos, como Harrison Ford, que ha estado en Star Wars, Blade Runner e Indiana Jones y por todas ellas se ha convertido en una leyenda del cine. Pero, ¿qué pasaría si Harrison Ford nunca hubiera sido Indiana Jones? O mejor dicho, ¿qué hubiese sido de Indiana Jones si lo hubiera interpretado otro actor?
Pues bien, con el estreno de Indiana Jones y el dial del destino, la última entrega de la saga que arrancó en 1981 con El arca perdida, ha vuelto a resurgir una famosa historia tan alucinante como cierta. Cojamos el DeLorean de Regreso al futuro y trasladémonos a aquellos años 80, porque la historia está a punto de cambiar.
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A principios de aquella década, cuando George Lucas le presentó la historia de Indiana Jones a su buen amigo Spielberg, había un actor que sonaba con fuerza para el papel. Y no, no era Harrison Ford, que por aquel momento ya había trabajado con Lucas en American Graffiti y La guerra de las galaxias. Se trataba de Tom Selleck, otro joven y atractivo actor que por aquel entonces tenía incluso menos currículum a sus espaldas. Selleck había aparecido como secundario en varias películas de acción y su última aparición había sido en Coma, una sci-fi a cargo de Michael Crichton, el autor de Westworld.
Sin embargo, el destino quiso que a principios de los 80 se le juntaran a Selleck dos oportunidades tan únicas como incompatibles. Una era la serie Magnum, un policíaco en el que interpretaba al detective Thomas Magnum y sus aventuras en a costa hawaiana. El otro era una pequeña película sobre un arqueólogo aventurero que tenía que enfrentarse a los nazis. Selleck llegó a enfundarse el traje de Indiana Jones y su característico sombrero para realizar varios test de pantalla, pero finalmente nunca llegó a darle vida.
El motivo fue que los productores de la serie Magnum se dieron cuenta de lo incompatible que resultaba de cara al rodaje que Selleck se viera enfrascado en una película tan ambiciosa y con tantos cambios de localización como El arca perdida, así que terminaron denegándole que participase en ella. Selleck tuvo que dejar escapar el que podría haber sido el gran papel de su vida, y que en su lugar tomó Harrison Ford, quien ya conocía a Lucas y estaba deseando trabajar junto a Steven Spielberg.
Harrison Ford ni siquiera lo sabía
Nunca sabremos cómo hubiese sido Indiana Jones con Tom Selleck en lugar de Harrison Ford, pues probablemente hubiera sido algo más distinto al que conocemos. Lo que sí hemos sabido recientemente es que ni el propio Harrison Ford era consciente en aquel momento de que no había sido la primera opción para el personaje, tal y como ha desvelado en una reciente entrevista. “No sabía que había un guion que alguien más había leído y que había sido incapaz de aceptar el papel por un contrato”.
Sea como fuere, el papel fue a parar a las manos adecuadas, pues Ford le dio el punto justo y necesario de ingenio y picardía que requería el personaje. Cinco películas después el actor dice adiós al personaje con la serenidad que le da haber hecho de él uno de los más queridos por los espectadores.
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