Durante los meses de verano y, especialmente, con la llegada de las cada vez más frecuentes olas de calor, conciliar el sueño de forma placentera puede ser una misión casi imposible, más aún si tenemos en cuenta que, de acuerdo a los expertos en la materia, la temperatura idónea para dormir oscila entre los 18ºC y los 21ºC. Ante esto, durante los meses estivales los peores enemigos para nuestro descanso son las llamadas noches tórridas y noches tropicales, términos que, lamentablemente, podemos escuchar con mucha frecuencia a la hora de interesarnos por el pronóstico del tiempo.
Con noche tropical nos referimos a aquellas noches en las que la temperatura mínima no baja de los 20ºC. Las zonas de España que tienen noches tropicales con más frecuencia son Canarias, con una media de 92 días al año, y zonas costeras de España, como pueden ser las ciudades de las provincias de Cádiz o Almería. También la ciudad autónoma de Melilla suele sufrir de estas calurosas noches con mucha asiduidad.
Te puede interesar: España es el horno de Europa
Por el contrario, noches tórridas -también conocidas como ecuatoriales- son aquellas en las que la temperatura del aire no desciende de los 25ºC. Como consecuencia del calentamiento global, las noches ecuatoriales ya no son tan desconocidas como lo eran en el pasado en algunas regiones del país y, en los últimos años, han ganado protagonismo. Ahora, las noches tórridas se producen con mayor frecuencia, casi siempre ligados a olas de calor o episodios particularmente cálidos, en zonas de Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Aragón e Islas Baleares.
La temperatura corporal al dormir
Está por demás comprobado que nuestra temperatura corporal varía durante el descanso, a tal punto que se puede afirmar que la curva de la temperatura corporal al momento de dormir es inversamente proporcional a la curva de la melatonina, la famosa hormona del sueño. De esta manera, nuestros cuerpos están programados para experimentar un ligero descenso en la temperatura central antes de dormir, aunque las razones por las que el enfriamiento corporal y el inicio del sueño coinciden no están claras.
Te puede interesar: Qué es la canícula, el fenómeno que sucede en julio, dispara las temperaturas y se asocia con las olas de calor
A lo largo de la noche, durante la madrugada, se alcanza el pico mínimo de temperatura, situación que se cree está relacionada al hecho de que durante el denominado sueño REM, aquel en el que tienen lugar esos curiosos movimientos oculares rápidos, el cuerpo no regula la temperatura correctamente. Al acercarse el final de nuestro descanso, la temperatura corporal vuelve a ascender poco a poco hasta despertarnos. La variación total de la temperatura entre sueño y vigilia es de 1ºC.
El fenómeno a partir del cual nuestro cuerpo expulsa calor o, lo que es lo mismo, se llama vasodilatación: el reloj circadiano envía una señal para aumentar el flujo sanguíneo a las extremidades, de tal forma que se usan microclimas con el objetivo de regular la temperatura.
Seguir leyendo: