Con un padre cocinero y una madre restauradora, no es casualidad que el científico catalán Marc Schneeberger (Lloret de Mar, 1987) quisiera dedicarse a entender cómo el cerebro controla los procesos de ingesta de alimento y gasto energético. Y lo ha logrado. Con tan solo 36 años dirige un laboratorio en la Universidad de Yale (Estados Unidos) y ha descubierto, junto a su equipo, una región cerebral capaz de regular el balance energético “en la que se pueden desarrollar estudios farmacológicos para intentar encontrar nuevas terapias para la obesidad”.
Schneeberger, que gracias a esas aportaciones recibió el pasado mes de mayo el Premio Princesa de Girona de Investigación Científica 2023, asegura que la obesidad “es una enfermedad del cerebro y no del cuerpo” aunque se piense lo contrario. “La gente obesa es adicta al alimento, necesita comer porque su cerebro dice que coma más y ahí es difícil actuar. Es muy fácil decir a alguien que pare de comer y haga ejercicio, pero la realidad es que cuando tienes obesidad no es tan sencillo, hay un impulso constante de comer”, explica a Infobae España el neurobiólogo a través de una videollamada.
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Donde sí se puede actuar, añade el experto, es en la prevención, sobre todo durante la infancia, ya que el cerebro en fase de desarrollo tiene mayor plasticidad. Así lo reflejó en un estudio la revista Science, recuerda, donde indicó que es entre los cero y ocho años cuando se determina el nivel metabólico basal de nuestro cuerpo –la cantidad de energía que necesitamos para sobrevivir realizando las funciones básicas– “pero de ahí en adelante ese gasto basal ya está determinado”, aclara Schneeberger.
En ese sentido, si bien es consciente del acelerado ritmo de vida de la sociedad actual, insiste en la importancia de dedicar tiempo a los hijos, de que “coman menos comida procesada, hagan ejercicio e interactúen más entre ellos y menos con las pantallas”.
“No aplicamos la dieta mediterránea”
La obesidad y el sobrepeso ya “han alcanzado proporciones epidémicas en Europa”, pues casi el 60% de la población adulta y uno de cada tres niños padece estos problemas de salud en el continente, según advirtió la Organización Mundial de la Salud en su último informe, y España tampoco escapa a esa realidad. A pesar de que la dieta mediterránea, considerada como saludable y sostenible, es la base de la gastronomía española, por lo general la población “consume una gran cantidad de carne y grasas”, en lugar de más verduras, pescado, frutas y legumbres, advierte Schneeberger. “La dieta mediterránea funciona, pero no la aplicamos”, sostiene.
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Schneeberger explica que para el cuerpo “tener más peso no es algo negativo”, ya que el cerebro está pensando que “depositar energía a nivel de tejido adiposo es bueno”. “Evolutivamente no han pasado más de 400 o 500 años desde que solo se podía comer uno de cada tres días, porque no había una disposición de alimento constante como tenemos ahora en las sociedades occidentales”. El cuerpo, por tanto, “aún de forma innata considera que un aumento de peso lo protege” y por eso una vez que engordamos unos kilos “es muy complicado perderlos”, añade.
Si bien los estudios del neurobiólogo se centran en la obesidad, sus investigaciones pretenden entender mejor las funciones básicas del cerebro, “como puede ser comer o dejar de comer, regular la temperatura corporal, los niveles de glucosa en sangre”, los procesos fisiológicos, en definitiva.
El neurobiólogo cree que la solución para combatir la obesidad pasa por una combinación de avances científicos “para poder entender el cerebro”, educación y salud pública.
Científicos españoles se marchan fuera
Al igual que otros muchos científicos españoles, Schneeberger también se marchó de España en busca de nuevas oportunidades y las ha encontrado en la Universidad de Yale. Si bien se muestra orgulloso de la educación pública española, también destaca la importancia de salir al extranjero en este ámbito “para poder aprender de los diferentes sistemas”. No obstante, considera que el principal problema de la ciencia en España es la falta de financiación “tanto pública como privada”.
Schneeberger confía en poder regresar pronto a España y abrir un laboratorio como investigador senior para “poder devolver todo lo aprendido”.
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