La reina Letizia vive este año uno de los más complicados de su faceta como madre. En apenas unas semanas tendrá que decir adiós, de manera temporal, a sus dos hijas, que comienzan una nueva etapa fuera de casa. Mientras que Leonor estará cerca, en la Academia Militar de Zaragoza, donde estudiará los tres próximos años, Sofía hará las maletas y cogerá un avión con destino a Gales, donde va a cursar bachillerato en el centro UWC International College. De este modo, por primera vez en casi 18 años, los Reyes vivirán solos en Zarzuela.
Aunque será una época complicada porque las echará de menos, Letizia sabe mejor que nadie lo importante que es para ellas salir de casa, de la zona de confort y conocer el mundo. Y es que ella también vivió en su juventud una etapa de aventura, a miles de kilómetros de su familia. Si bien en aquel momento era una persona anónima, lo cierto es que no es algo desconocido, pues hay incluso fotografías de esa etapa.
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Tras acabar la carrera de Periodismo, Letizia quiso seguir formándose y viajó a México para empezar allí sus estudios de Doctorado –que nunca terminó–, los cuales combinó con una colaboración en el periódico Siglo XXI. Según desveló El Mundo, la reina conoció en una fiesta al subdirector del mencionado medio, Diego Petersen, a quien no dudó en pedir trabajo pues, aunque contaba con una beca, compartía piso con una chica y no le alcanzaba el dinero para llegar a fin de mes.
Para solucionar sus problemas económicos la mujer de Felipe VI hizo dos cosas: aceptó un puesto de becaria en el diario, cubriendo exposiciones de arte e inauguraciones de restaurantes, y trabajar como azafata para una marca de tabaco.
Si bien hoy día puede sorprender mucho, pues es una gran defensora de los espacios libres de humos y Presidenta de Honor de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), en aquel momento fumaba, tal y como se puede comprobar en algunos documentos gráficos. Pero era otra época y para subsistir en el país azteca Letizia tuvo que vender cigarrillos.
En las imágenes, publicadas en la versión digital del Daily Mail hace varios años, se puede ver a una joven letizia con el pelo suelto, unos vaqueros altos y la camisa de la tabacalera para la que trabajaba, la extinta Boot’s. Muy sonriente, ofrecía cajetillas a los fumadores que estaban en las inmediaciones.
Varias décadas después, no hay mucho que una a ambas Letizias, al menos en lo que se refiere al tabaco. De hecho, la Reina es una de sus grandes detractoras, como dejó claro el pasado mes de abril durante la European Conference on Tobacco or Health (ECToH), celebrada en Madrid. “El tabaquismo no es un hábito, es una enfermedad. Y debemos ayudar a quienes la padecen”, dijo en aquel momento durante su discurso.
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