España participa activamente en la operación Themis, que comenzó en 2018 bajo supervisión de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y cuyo principal objetivo es la vigilancia del Mediterráneo Central para rescatar migrantes en peligro en alta mar y combatir contra las mafias que se lucran con el tráfico ilegal de personas. Pero todo tiene un coste.
Los países europeos que ayudan a proteger las fronteras italianas (porque Italia sigue siendo la principal puerta de entrada de la inmigración que elige el Mediterráneo central para llegar a Europa) cobran por participar en este operativo. Bajo el eufemismo de “solidaridad europea”, España recibe 1,2 millones de euros al mes cuando tiene desplegados los tres medios navales y aéreos destinados a esta operación.
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En el aire, España ya ha aportado los últimos meses sus mejores aviones de patrulla marítima: un Airbus 235 y una Super King Beech Kraft (ambas de la Guardia Civil) con autonomías de vuelo de entre cuatro y diez horas con sus respectivas tripulaciones. Frontex paga a España en torno a 560.000 euros al mes por disponer de estas aeronaves.
En mayo se incorporó a las operaciones un helicóptero AS-365 Dauphin. Su alquiler es de aproximadamente 390.000 euros mensuales. El último medio en sumarse a la operación será una patrullera de altura de la Benemérita de 42 metros de eslora, por la que Frontex deberá abonar 375.000 euros mensuales. En total, una media de 1,2 millones de euros mensuales
Actualmente, otros países como Islandia, Grecia, Luxemburgo, Portugal, Rumanía y Suecia colaboran junto a España en la protección de las fronteras italiana. Llama la atención que el Gran Ducado de Luxemburgo, un pequeño país centroeuropeo de 636.000 habitantes y un simbólico ejército de 3.000 efectivos (si marina ni fuerza aérea) participe en este dispositivo de seguridad. “Luxemburgo ha contratado una compañía privada para que sume un helicóptero a la ‘operación Themis’”, explican fuentes de Frontex. A cambio recibe una compensación económica.
La inmigración se dispara un 128%
Italia ha sido la principal puerta de los migrantes que alcanzaron Europa de forma irregular en lo que llevamos de enero. Entre el 1 de enero y el 20 de junio, llegaron a las costas italianas aproximadamente unas 57.500 personas, un 128% más que en el mismo periodo del año pasado, siendo la ruta desde Túnez la más utilizada. La inmigración irregular es desde hace una década el principal caballo de batalla electoral en Italia, especialmente de la derecha.
El Gobierno italiano que preside la ultraderechista Giorgia Meloni decretó el pasado 11 de abril el estado de emergencia para afrontar la situación así com el decreto “Cutro”, denominado así a raíza de la tragedia sucedida en esa localidad. Una medida inusual que responde a distintas cuestiones: el gran aumento de desembarcos (más de 17.000 desplazados en las cinco semanas anteriores a la aprobación del estado de emergencia) y un claro aviso a la Unión Europea sobre la necesidad de abordar conjuntamente este desafío. Si la tendencia continúa como en estos seis primeros meses, 2023 puede cerrar con una horquilla de entre 180.000 y 200.000 desembarcos. Un dato inédito en la historia de Italia. Túnez, Libia y Argelia continúan siendo los principales puntos de salida de estos inmigrantes.
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