El informático que te dice cada vez que Pedro Sánchez o uno de sus ministros coge un Falcon

Federico Jiménez Losantos, azote de determinada clase política, tiene la costumbre de poner desde su programa de radio muchos motes a personajes públicos. Para él, Pedro Sánchez es ‘Falconeti’, ya que acusa al presidente del Gobierno de tener demasiado apego al avión oficial. Un estigma que ha acompañado a Sánchez durante toda la legislatura y que el líder socialista, ahora que estamos en campaña, ha empezado a rebatir en múltiples entrevistas públicas.

El pasado domingo, en el programa de Jordi Évole, Sánchez volvió a sacar el tema a propósito para rebatir las “manipulaciones y mentiras” que se vierten sobre su persona. “De mí se ha dicho que soy una persona dispuesta a cualquier cosa con tal de seguir en el Falcon”, para después señalar que estos aviones oficiales se compraron bajo el mandato de José María Aznar y que es un medio de transporte “que han utilizado todos los presidentes”. En El intermedio con el Gran Wyoming, Sánchez tiró de humor y prometió al presentador y showman que si ganaba las elecciones le daba una vuelta en el Falcon.

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Sánchez se defiende demasiado tarde. La fama de adicto al avión oficial ya ha calado. Pero ¿abusa realmente Sánchez de los Falcon? Difícil decirlo. Muchos diputados del PP han interpelado oficialmente al Gobierno para obtener esta información y siempre han obtenido la misma respuesta. “La información sobre movimientos de aeronaves militares, así como los planes de protección de autoridades y pasajeros y, en concreto, los informes y datos estadísticos sobre movimientos de fuerzas, buques o aeronaves militares, tienen la consideración de materia clasificada en virtud del Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986, en relación con la Ley 9/1968 de 5 de abril, reguladora de los Secretos Oficiales y modificada por la Ley 48/1978, de 7 de octubre”, responde el Ejecutivo.

Porque los cinco Dassault Falcon 900 y los cuatro Airbus A310 y A330 que forman parte del Grupo 45 de las Fuerzas Aéreas son aviones militares. Al igual que los dos helicópteros de autoridades del Ala 28. Todos ellos prestan servicio tanto a la Casa Real como a las autoridades del Gobierno español. Y la información sobre su uso es restringida. Pablo Bañuelos, ingeniero informático que trabaja en ciberseguridad, ha desarrollado una web (Falcondespega) que monitoriza los vuelos que realizan cada uno de estos nueve aparatos.

“Empecé a hacerlo en marzo de 2022″, señala a Infobae España. ¿Por qué? “El tema estaba de moda y me pareció muy interesante como idea productiva para mejorar mis habilidades de programación”, señala. Aunque empezó en 2002, “se han registrado los vuelos de la mayoría de aeronaves desde el 1 de marzo de 2021. Los datos recopilados intentan ser lo más exactos posible, pero siempre existe un pequeño margen de error”, afirma en su página web.

Con los datos que ha recopilado hasta ahora sabemos que los cinco Falcon y los cuatro Airbus han realizado 3.339 vuelos que suman 297 días en el aire. Esto supone 17,3 millones de euros en gasto de combustible y 57.898 toneladas de CO2 emitidas. O lo que es lo mismo, si un coche hubiera circulado durante 5.400 años de forma seguida. “Obtengo estos cálculos en función de las especificaciones técnicas del avión, y son cálculos a la baja”. No todos son vuelos oficiales, también hay vuelos de mantenimiento.

Banuelos está trabajando ahora en mejorar la web para se pueda filtrar la información, por ejemplo, por ocupantes y país de destino. Ahora hay que pinchar en cada vuelo para obtener esa información. Por ejemplo, este lunes 26 de junio José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, cogió un Falcon para regresar desde Luxemburgo a Madrid. Apenas dos horas de vuelo que supusieron un gasto de 1.330 euros en combustible y la emisión de 6,32 toneladas de CO2 a la atmósfera.

¿Seguirá con este proyecto si Sánchez pierde las elecciones a finales de julio? “Por supuesto”, contesta Bañuelos. “El propósito de esta página web es documentar de forma visual y políticamente neutral los vuelos realizados tanto en tiempo real como de forma histórica, ofreciendo gracias a ello una mayor transparencia en la gestión del uso de la flota de aviones. A veces está justificado su uso, ya que seguramente es un medio muy seguro, pero no siempre ya que no es transporte eficiente”, sentencia.

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