El Gobierno prevé una inversión de 294.000 millones en su plan de energía para impulsar la descarbonización

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) eleva del 23 al 32% el objetivo de reducción de emisiones, fija en 2025 la desaparición del carbón y dispara los objetivos en hidrógeno verde y autoconsumo

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El Gobierno pretende incrementar el
El Gobierno pretende incrementar el peso de las renovables en el consumo de energía final hasta el 48% en 2030.

El Gobierno espera movilizar una inversión en su nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de 294.000 millones de euros, de los que un 85% provendrá del sector privado y el 15% será público, especialmente impulsado por los fondos europeos.

Así lo recoge el borrador de actualización de la hoja de ruta para la descarbonización en 2030, presentado hoy, que estará en audiencia e información pública hasta el 4 de septiembre. Según el documento, el 40% de la inversión prevista tendrá por destino las energías renovables, el 29% irá a ahorro y eficiencia, el 18% a redes energéticas y un 12% a la electrificación de la economía, que debería alcanzar el 34% en 2030.

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El Gobierno calcula que esta inversión va a generar un crecimiento del 2,5% adicional en el Producto Interior Bruto (PIB) y la creación de 430.000 y 522.000 puestos de trabajo en 2025 y 2030, respectivamente.

Según el texto, esta senda es “coherente” con el objetivo a largo plazo de convertir a España en un país climáticamente neutro antes de 2050, así como la mayor ambición climática de la Unión Europea, que ha elevado el objetivo común de reducción del 40 al 55%.

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Un 81% de electricidad generada por renovables

La propuesta de revisión, cuya remisión a la Comisión Europea fue aprobada ayer por el Consejo de Ministros, representa un impulso a las renovables y el almacenamiento energético con respecto al PNIEC de 2020, en línea con la ambición de las diferentes ‘hojas de ruta’ sectoriales aprobadas y con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Dos de los objetivos más ambiciosos son el aumento en más de un tercio del objetivo de reducción de emisiones y el incremento del peso de las renovables en el consumo de energía final en 2030, del 42 al 48 %, y en el mix eléctrico del 74 al 81%. Mientras que la eficiencia energética final alcanza una mejora del 44 % (antes era del 41,7 %) para 2030.

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También se actualizan las medidas para que ese mayor desarrollo renovable sea compatible con la biodiversidad y se incorporan mecanismos para que se fijen beneficios socioeconómicos en el entorno rural, promuevan el desarrollo social de estas áreas y mejoren la cohesión territorial y la lucha contra la despoblación.

Más eólica, fotovoltaica y solar

En concreto prevé que para 2030 se alcancen los 62 gigavatios (GW) de energía eólica instalados, así como 76 GW de fotovoltaica, 4,8 GW de solar termoeléctrica, 1,4 GW de biomasa y 22 GW de almacenamiento.

Otro de los objetivos es lograr 105 GW de renovables nuevas en la década y 22 GW de almacenamiento energético en 2030 y adelanta el cese definitivo del carbón a 2025.

También mejora sus objetivos en rehabilitación de viviendas, con 1,38 millones, frente a 1,2 millones, o de disponer de un parque de vehículos eléctricos de 5,5 millones y añade metas nuevas, en línea con los objetivos europeos, como construir un 73% de energía renovable en los edificios, alcanzar 11 GW de electrolizadores para producir hidrógeno verde o disponer de 19 GW de autoconsumo.

Con esta actualización el Gobierno aspira a lograr una subida en 10 puntos porcentuales en la producción de energía autóctona, alcanzando el 49%, lo que proporcionaría un ahorro superior a los 90.000 millones de euros en importaciones de combustibles fósiles durante todo el periodo.

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