Sánchez se divierte en ‘El Hormiguero’ en su esperado ‘cara a cara’ con Pablo Motos

Había expectación por la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a El Hormiguero, el programa de Pablo Motos, un espacio televisivo situado fuera de la zona de confort del candidato socialista a la reelección. Lo cierto es que, aunque se notó cierta tensión entre ambos al comienzo de la entrevista, muy esperada por las críticas especialmente duras vertidas en el mismo plató contra su figura (también acusaciones), Sánchez acabó el programa visiblemente cómodo.

“Tenía muchas ganas de este programa y esta entrevista contigo”, reconoció el presidente ante el agradecimiento del conductor por su presencia al programa, donde no acudía desde antes de las elecciones generales de 2019. En los primeros compases de la entrevista, el secretario general del PSOE dedicó un par de bromas para romper el hielo, como destacar la coincidencia del número del programa con la fecha de fundación del PSOE (1879), o que le eligieron a él para realizar entrevistar a sus ministros en el formato estrenado desde Ferraz porque era la opción “más barata”.

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Ya en materia, Motos fue al grano: le pidió a Sánchez que dijera a qué medios se refería cuando advirtió en el Congreso de que “desde la posición de dominio que tienen en los grandes medios se desatará una campaña feroz de insultos y descalificaciones. Veremos en programas de máxima audiencia a gente que solo se representa a sí misma pontificar e insultar sin derecho de contestación o de réplica. Se inventarán barbaridades”.

No es la primera vez que le habían preguntado por esta cuestión y, como en otras ocasiones, apeló a su condición de presidente del Gobierno para no desvelar esos nombres, pero sí se refirió a una de las acusaciones vertidas en ese programa contra él para poner ejemplos de esa “campaña feroz”. “Lo que no se puede decir es que convocando las elecciones el 23-J es porque quiero alterar el resultado y estoy cometiendo un fraude. Decir eso es tan grave, que al menos se me debe permitir debatir y contrastar”, señaló, en alusión velada al comentario realizado por un tertuliano de El Hormiguero.

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También, narró otros casos de medios de comunicación “solventes” en los que se ha dicho que “soy trumpista, me han equiparado por el líder de los mercenarios del Grupo Wagner, y hasta de que soy el causante de la muerte de un trabajador en Sevilla por la ola de calor”. “El sanchismo es una burbuja hinchada y un monstruo de siete cabezas”, espetó después.

El presidente del Gobierno ha apostado en la precampaña del 23-J por pisar más los platós y radios que la calle, una estrategia alejada de la que siguió en las elecciones de 2019 y en las últimas, las del 28-M. Como no podía ser de otra forma, Pablo Motos puso encima de la mesa los principales temas que han copado a lo largo de estos años el debate político y mediático: los apoyos de EH Bildu en el Congreso, los indultos a los políticos del procés o la ley del solo sí es sí y la cifra de rebajas de condena a agresores sexuales que tanto pesa.

“Siento toda la responsabilidad. Esa responsabilidad la asumo en primera persona. He pedido disculpas sobre todo a las víctimas. Cometimos un error”. “¿Que deberíamos haber actuado antes? Sin duda alguna”, pero “lo importante es que rectificamos”, señaló. Si bien, a diferencia de otras entrevistas, rehusó enfatizar en la acción de Irene Montero, así como criticar su feminismo “de confrontación”.

En este sentido, el propio líder socialista, con una pulsera de la bandera LGTBI en la muñeca, sacó a relucir los pactos de PP y Vox. “Están llegando acuerdos donde están quitando banderas LGTBI. Están diciendo que ese lugar no es seguro (...) Estamos cuestionando una conquista que se logró en 2004 con la ley de violencia de género. La violencia de género no se justifica nunca. Ni divorcio duro ni divorcio blando”, comentó en relación a las declaraciones del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, por las que justificaba al candidato de Vox en Valencia condenado por violencia de género.

Reivindicó su acción de Gobierno en torno al conflicto político catalán. “Cuando gobernó el PP se celebraron dos referéndum en Cataluña; conmigo ninguno”, aseveró con contundencia para ratificar ante la insistencia de Pablo Matos que no se dará una consulta independentista si revalida el Gobierno. “Constitucionalmente no es posible”, advirtió.

También, defendió a la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, frente a las comparaciones con Vox. “Yo no compararía a Yolanda Díaz con Santiago Abascal. He trabajado con ella y sé de su buena labor al frente del Ministerio de Economía. De Abascal conozco los pactos a los que está llegando con el PP. Quiere derogar el Sanchismo. ¿Eso qué significa? Quitar banderas LGTBI, decir que no existe la violencia de género, sino la violencia a secas, tirar a la basura la Agenda 2030. Eso es lo que están haciendo. El sanchismo es una combinación de mentiras, maldades y manipulaciones”.

Y, sobre los acuerdos puntuales con la izquierda abertzale en la Cámara Baja, el presidente del Gobierno le dio la vuelta a la tortilla al recordar la votación de la reforma laboral: “Para sacar adelante las leyes, busco votos hasta debajo de las piedras y si tengo que contar con el voto equivocado de Casero, pues lo acepto”.

Las risas y las bromas se hicieron un hueco a medida que transcurría el programa. También, se desataron varios aplausos del público en varios momentos. En definitiva, como reza el propio lema del espacio de Antena 3, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se divirtió en El Hormiguero.

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