El viernes, a las 10:30 horas, la Puerta del Sol se convertía en el epicentro de la política interna del PP. Decenas de periodistas se acreditaban en el acceso de la calle San Ricardo para asistir a la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso como presidenta, mientras las televisiones trataban de capturar, desde la fachada de la puerta principal, la imagen del día: a Carlos Mazón y a María Guardiola entrando juntos a la Real Casa de Correos.
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No lo consiguieron. De hecho, las cuatro horas que pasaron ambos en el interior de la sede del Ejecutivo madrileño lo cambiaron todo, sobre todo para Guardiola. Los invitados, entre ellos Carlos Mazón y Fernando López Miras, se reunían en el hall principal mientras otros políticos madrileños y nacionales hacían declaraciones, de forma ordenada, desde un pie de micrófono dispuesto para ello. Por allí pasaron la líder de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, o el número 2 de Ayuso, Alfonso Serrano. Todos hicieron alusiones a la situación territorial del PP.
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Sin embargo, a pocos minutos del inicio del acto, cuando Feijóo se disponía a salir a dar su veredicto ante los periodistas, una imagen había acaparado la atención mediática: Mazón y Guardiola se encontraban en el pasillo central del hall principal, muy cerca el uno del otro. El líder nacional no esperó a la vuelta de la mayoría de los periodistas y lanzó su mensaje: Reconoció divergencias “importantes” con Vox en Extremadura e insistió en lograr mayorías absolutas para evitar el ruido que producían los pactos con la ultraderecha.
Algunas voces del PP ya reconocían abiertamente su incomodidad por la decisión de Guardiola de vetar a Vox, aunque Génova, a pocos minutos de las 11:00 horas de ese viernes, seguía negando la incoherencia entre territorios: “Cada tierra es cada tierra”, señalaban desde la Dirección Nacional del partido, que contaba con recibir críticas tanto por pactar con Vox como por no hacerlo, o eso decían.
Guardiola llamó a Pelayo Gordillo en cuanto salió de la Puerta del Sol
Ayuso dio su tercer discurso para asumir la presidencia madrileña sin ningún tipo de alusión al tema que inundaba todos los corrillos. Lo que pasó entre los distintos dirigentes del PP entre el comienzo de sus palabras y el final del evento fue clave, ya que, nada más salir de la Real Casa de Correos, Guardiola hizo una llamada a Ángel Pelayo Gordillo, el candidato de Vox en Extremadura, para sentarse a hablar.
El candidato extremeño de Vox no respondió a Guardiola hasta el sábado, señalan fuentes del PP. La primera voz popular que rechazó públicamente el veto a Vox de María Guardiola fue Ayuso. Lo hizo el domingo en una entrevista con El Mundo: “Sería una gran pérdida” no lograr un pacto con Vox en Extremadura, dijo la líder madrileña, que señaló que aunque el PP y Vox fuesen partidos distintos que no comparten en ocasiones “ideas y visiones”, en un momento como este “es más importante encontrarse pese a las discrepancias”.
“Me he encontrado con cargos sensatos en Vox que no quieren ni acabar con las mujeres ni con los homosexuales”, comentó Ayuso sobre las razones del veto a Vox por parte María Guardiola, para quien los de Abascal niegan la violencia machista, deshumanizan a los migrantes y tiran a la papelera la bandera LGTBI.
La rectificación de Guardiola llegó esa misma noche a través de una carta a los afiliados de su partido, suspendiendo la Asamblea regional con los militantes agendada para este martes y afirmando que es “imprescindible” el respeto, el diálogo y el “acuerdo programático con Vox”: “Compartimos una prioridad, pasar página a las políticas socialistas. Es lo que nos debe ocupar”, señaló en la misiva.
Fue un domingo largo para el PP extremeño, ya que durante la madrugada saltó otra noticia: el gurú de María Guardiola, Santiago Martínez-Vares, renuncia a su puesto tras hacerse público un audio en el que critica a Abascal y a Vox.
Vox pide más gestos al PP
El ofrecimiento de Guardiola de sentarse a hablar fue bien recibido por la formación de Abascal, pero Vox ve escaso reducir las negociaciones a un acuerdo programático: “Agradecemos que pasemos a reconocer que hay que seguir hablando para conformar la alternativa, no solo programática, y nosotros seguimos dispuestos, con la mano tendida”, dijo el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, este lunes en una rueda de prensa.
“Esperemos que la carta que ha sido enviada hace pocas horas sea un nuevo camino y dejemos de lado los balones de oxígeno”, indicó Garriga, que volvió a tender la mano al PP, pero también le pidió responsabilidad y altura de miras.
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