La ola de calor ha convertido el país en un horno con la potencia al máximo. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha emitido alertas rojas por calor extremo en Córdoba y Sevilla. Este lunes, en la capital andaluza se esperan registros de hasta 44 grados. Además, otras 24 provincias están en riesgo naranja por altas temperaturas. Las únicas comunidades que consiguen escapar del bochorno son las de la cornisa cantábrica, donde se prevén cielos nubosos y lluvias débiles. En Cataluña, Guadalajara, Teruel y Valencia se esperan tormentas y fuertes rachas de viento.
Madrid cierra los parques
En plena ola de calor, la polémica volvía a estallar este domingo, después de que el Ayuntamiento de Madrid ordenara el cierre de una decena de parques en la capital, entre ellos El Retiro, por la alerta roja de calor que dejó máximas de 35 grados en los termómetros de la villa.
La medida de José Luis Martínez-Almeida, sin embargo, no tiene parangón en otras ciudades, cuyas zonas verdes no sólo permanecen abiertas, sino que además amplían los horarios. ¿Qué hacen en el resto de Europa para sobrellevar las altas temperaturas?
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Uno de los mejores ejemplos está en París. El verano pasado, la capital francesa puso en marcha un protocolo que contemplaba la apertura nocturna de más de 140 parques para garantizar que la población pudiera acceder a espacios públicos frescos con sombra y vegetación. Todo ello durante una de las tres grandes olas de calor que se extendieron por el sur del continente hace apenas un año. La decisión tomó como base el criterio científico: los espacios verdes favorecen el descenso de las temperaturas en superficie y rebajan la sensación térmica.
La crisis climática sigue haciendo estragos, con un fin de semana de registros récord: los termómetros han rozado los 40 grados en distintos puntos del país. La respuesta de Madrid, que ha mandado cerrar casi todos los espacios naturales de la zona centro, choca de lleno con las políticas que promueven otras localidades. No hace falta viajar hasta París. Sin ir más lejos, Barcelona recomienda extremar las precauciones, sobre todo durante las horas centrales del día, pero permite el acceso a sus parques y jardines. La Ciudad Condal, de hecho, los incluye entre sus refugios climáticos por “la sombra y la frescura” que aportan.
En las redes sociales, muchos usuarios han criticado la medida adoptada por Almeida y han compartido sus experiencias en otras capitales europeas, como Berlín y Praga, que siguen la estela de París y optan por aprovechar las ventajas de los espacios arbolados. En Nueva York, por ejemplo, los recintos naturales de mayor volumen cierran sus puertas cuando existe algún tipo de alerta por riesgo de incendios. En Madrid, la decisión se toma para evitar que las personas puedan sufrir daños por la caída de ramas como consecuencia de las altas temperaturas.
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Los árboles, un oasis entre tanto asfalto
Un equipo de científicos del Instituto de Ciencias Atmosféricas y del Clima (ETH Zurich) ha concluido en un estudio reciente que los árboles son capaces de reducir hasta en 12 grados la temperatura de la superficie en las principales ciudades. Se trata de una diferencia considerable, sobre todo si se tiene en cuenta que los pavimentos y el asfalto, carta de presentación de las grandes urbes, producen justo el efecto contrario. De este modo, los parques no sólo rebajan las temperaturas en su interior sino que mejoran la sensación térmica en sus alrededores. Los expertos consideran importante mantenerlos abiertos ante una ola de calor y creen que, para evitar posibles daños, no hay mejor solución que llevar a cabo las correspondientes tareas de mantenimiento antes de la época estival.
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