Pablo Urdangarin se ha convertido en el hijo más mediático de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, pues al haber elegido dedicarse al balonmano de manera profesional su nombre suele saltar a los titulares. Ya lo hizo hace unos días tras conocerse que había dejado el Barça para fichar por el Granollers, y ahora tras conceder una entrevista a la agencia EFE en la que ha hablado de sus deseos de futuro, además de dar algunos detalles sobre su familia.
Pese a ser todavía muy joven, pues tiene 22 años, Pablo ha demostrado una gran madurez y ha dejado claro que tiene “la cabeza para llegar” donde quiera llegar, en lo que se refiere a su carrera deportiva. Ha recordado que empezó a jugar al balonmano ya “de muy pequeño”, en el Liceo francés de Barcelona, aunque tuvo que dejarlo temporalmente cuando su familia se mudó a Estados Unidos, pues allí no es un deporte común.
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Como el resto de su familia, y debido a los problemas de su familia, Pablo vivió en la Ciudad Condal los primeros nueve años de vida, desde 2000 hasta 2009; después se mudó a Washington, donde estuvieron de 2009 a 2012; y posteriormente en Ginebra, donde donde todavía viven su madre y su hermana pequeña. Él, por su parte, regresó a Barcelona hace unos años para cumplir su sueño.
Si bien se podría pensar que su padre tiene mucho que ver con su futuro, lo cierto es que no. Así al menos no asegura él al afirmar que no empezó a jugar por influencia paterna. Sí que ha admitido que ha “aprendido mucho” de su padre. No solo como jugador, sino también la mentalidad que tenía para jugar, “de querer ser el mejor, de seguir trabajando cada día y, por ejemplo, de cómo gestionar el volver a jugar después de una lesión, que es algo muy difícil”.
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Y es que él ha crecido con el balonmano, un deporte con el que ha disfrutado de pequeño, tanto en el colegio como en el club y siempre ha estado presente en su vida. “Estoy intentando dedicarme a lo que me gusta”, ha resumido al citado medio.
Sobre cuándo decidió que quería dedicarse profesionalmente ha recordado que todo comenzó “cuando volví a Europa y pude seguir jugando. Después estuve en Alemania, en Hannover, y ahí es cuando noté que era lo que quería hacer y me lo tomé más en serio”, ha explicado. Y si bien tiene en su padre a su gran apoyo y a quien más le entiende, nunca le vio jugar: “Él se retiró antes de que yo naciese, yo soy del 2000 y él se retiró en ese verano, cuando mi madre estaba embarazada de mí. No lo he visto jugar, pero lo que me dicen es que era muy bueno”.
Sobre si su padre le ha dado mucho “la matraca” con el balonmano, el nuevo jugador del Granollers ha asegurado que: “Sí, sí. Me enseñó partidos y yo por mi cuenta también los he ido buscando y van apareciendo, se me hace un poco raro verle jugar, pero me encanta”.
Además de jugar y dedicar buena parte de su día a este deporte, Pablo Urdangarin también estudia. Hace ‘Sport Management’, en sus palabras, “una especie de administración de empresas, pero relacionado con el deporte” y su objetivo es acabar la carrera universitaria y después seguir disfrutando del balonmano hasta que pueda. “No tengo mucho plan aún”, ha reconocido.
Pero cuando se le pregunta si volver al Barça podría ser parte de ese plan, a Pablo Urdangarin se le iluminan los ojos y es que para él se trata “del mejor club del mundo”, y que al final “cualquier jugador quiere volver al Barça o jugar en el Barça en cualquier momento de su carrera”. “Yo he tenido la suerte de jugar y, quién sabe, igual en algún momento de mi vida tendré la oportunidad de volver. Pero ahora viene un capítulo muy importante de mi vida, que es empezar con el Granollers, y tengo muchas ganas de darlo todo”, ha contado.
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