Este sábado 25 de junio ha tenido lugar el evento que propició el último momento de tensión entre Gerard Piqué y Shakira, la boda del hermano del futbolista, Marc. Un enlace que se ha celebrado en la localidad de Sant Vicenç de Montalt y a la que el exfutbolista quería acudir junto a sus dos hijos, Milan y Sasha, pero a quienes la colombiana no dejó asistir al no querer dejarles dejarles con su padre más días de los establecidos en el convenio regulador.
Pese a ello, el ex delantero del Barça ha disfrutado de la ceremonia acompañado de su novia, Clara Chía, cuya presencia habría sido uno de los motivos por los que la cantante se habría negado a su petición, ya que no querría que esta tuviera relación con sus hijos.
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Pese a que Gerard y su novia han intentado pasar desapercibidos, llegando a entrar por la puerta de atrás de la iglesia para no ser captados por los focos, no pudieron evitar tener cierto protagonismo. Terminada la misa ambos salieron más relajados y, si bien no respondieron a las palabras de los reporteros presentes, se mostraron sonrientes y muy felices, paseando cogidos de la mano.
Fue entonces cuando las miradas se dirigieron a Clara Chía, que sorprendió con su estilismo. Para asistir a la boda de su cuñado, su primera vez en un gran evento familiar, apostó por una pieza sencilla y discreta que ha causado cierta controversia en redes sociales como Twitter, pues los usuarios no se ponen de acuerdo en si les gusta o no.
Se trata de un vestido firmado por Victoria Beckham, veraniego, de color dorado, discreto escote en forma de pico y tirantes finos. Largo hasta los pies, cuenta con un acabado acanalado que está inspirado en los looks de los años 90, según explica en su página web la marca de la mujer de David Beckham. Actualmente está agotado en la página web de la diseñadora británica, donde se indica que su precio es de 1.150 euros., pero se puede comprar con descuento en webs como MyTheresa desde 800 euros.
Chía lo combinó con un maquillaje muy natural, casi de efecto no make up y es que en las instantáneas no se aprecia que haya potenciado ninguno de sus rasgos. En cuanto al cabello, optó por llevarlo suelto y peinado con sencillez y, como complementos, una cadena de oro y un brazalete a juego. Cerró el conjunto con unas sandalias transparentes de vinilo.
Tras la ceremonia todos los invitados, unos 300, se trasladaron a la localidad de Sant Andreu de Llavaneres, para disfrutar del banquete en la finca de los padres de la novia. Una lujosa propiedad de 4.300 metros cuadrados situada al lado del Club Golf de Llavaneres, donde todos los invitados disfrutaron de la música y un menú realizado por el cocinero Nandu Jubany, ganador de una estrella Michelín.
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