¿Qué incógnitas se ocultan tras la figura de la reina Sofía? Es lo que intenta desvelar este serie documental que ha dirigido David Trueba para HBO en la que se pretende aportar algo de luz alrededor de la personalidad de una mujer que ha sido que ha sido consorte, esposa engañada y, sobre todo y ante todo, madre. Sin embargo, siempre ha parecido ser una esfinge impertérrita y resultaba complicado adivinar sus sentimientos detrás de la máscara de las apariencias. Esa es al menos la imagen que teníamos de ella, siempre un paso por detrás del rey.
Una vida marcada por el sacrificio
Dicen que ha sido una mujer sola, que no tenía amigas, y que solo se refugiaba en su pequeño núcleo más íntimo como único espacio de seguridad. Como bien se explica en el primer capítulo, doña Sofía perteneció a una familia muy unida formada por su padre Pablo I de Grecia y la reina Federica, su hermana Irene (su gran apoyo incondicional) y Constantino. De ellos aprendió los valores y la importancia de los vínculos, de la convivencia. Pero también fue instruida en la obediencia, en el sacrificio y la responsabilidad, algo que terminaría siendo esencial en su papel como futura reina.
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Cuando era pequeña tenía un flemón y el dolor era insoportable, pero su madre la obligó a ir a un acto oficial y le dijo que no mostrara el más mínimo gesto y que pasara lo que pasara, nunca se quejara. Anécdotas como estas sirven para entender su postura en los momentos más complicados por los que ha atravesado y, aunque se clavara las uñas por debajo de la mesa, como ocurrió en la primera visita del matrimonio al País Vasco en 1981 cuando fueron abucheados por los diputados de Herri Batasuna en la Casa de Juntas de Guernika, aunque se dejara marcas, su rostro no debía mostrar ni una sola emoción. Solo se la ha visto llorar en pocas ocasiones, entre ellas en el funeral de su madre, y en el del padre del rey, Juan de Borbón.
La primera de muchas de las infidelidades de su marido
El episodio de inicio narra la infancia y adolescencia de Sofía y sus primeros encuentros con Juan Carlos, pero también hay espacio para explicar cómo fue esta etapa para el futuro monarca, exiliado primero en Estoril y después solo en España en manos del dictador, que se ocupó de convertirlo en su pupilo. Pero la cosa empieza a animarse en el capítulo 2, titulado Una reina golpe a golpe, en el que se relata que en 1976, poco tiempo después de que Franco le hubiera pasado el testigo a su esposo para ser su sucesor, ella descubrió que le estaba siendo infiel tras pillarlo con una mujer en la cama, lo que supuso su primer gran desengaño y la única vez que se dejó llevar por sus sentimientos: abandonó el país con sus tres hijos y estuvo a punto de no regresar. Sin embargo, su madre volvió a recordarle cuál era su verdadero sitio y le explicó lo que suponía ser reina: ver y callar. Porque si en algo se sustenta cualquier familia real, aunque por dentro esté desecha (y en ese aspecto los casos son abundantes) es la de aparentar que no hay ninguna fisura, porque en caso contrario, adiós monarquía.
Asegurar el reinado de Felipe
“En ese sentido, fue activa y fiel a la figura del rey”, dice Victoria Prego, una de las voces que participan en el documental. “Y fue un personaje más que una persona”, añade el periodista Fernando Garea. Cuentan que tenía una técnica que empezó a practicar desde el mismo día en que contrajo matrimonio: era como si saliera de su cuerpo y se mirara desde fuera, así que lo que quedaba, era solo una cáscara.
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Todos los que aparecen en el documental coinciden en que si aguantó tanto fue únicamente para asegurar el reinado de su hijo Felipe. Cuanto menos hablara y menos expresara, mejor. Mientras que Elena, su primogénita tenía una personalidad más borbónica, Felipe era más parecido a ella, así que se volcó en él, hasta el punto de que recomendaron que el niño saliera de las faldas de su madre, por la sobreprotección que ejerció durante su infancia.
¿Era consciente de los negocios de su marido al igual que lo era de sus constantes infidelidades y su promiscuidad? Según los expertos, ella siempre lo negará, pero ya antes de la coronación, lo acompañaba a Arabia Saudí a hacer negocios con los grandes magnates petroleros.
En el documental no podían faltar algunas de las personalidades que ha estudiado la monarquía desde distintos puntos de vista, como Victoria Prego, Pilar Urbano, Jaime Peñafiel, Carmen Gallardo o Carmen Rigalt. También encontramos a periodistas como Mercedes Mila, Màrius Carol, Luis María Asón, políticos como José Bono, José Manuel García Margallo, María Teresa Fernández de la Vega e Iñaki Anasagasti, el historiador Charles Powell, Julián Casanova y Carmen Iglesias.
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