A Virginia Morales le aterra el verano y no precisamente por el calor. Como madre que se encarga sola del cuidado de su hija, le resulta muy complicado compaginar su trabajo con las vacaciones escolares porque al disponer de un solo ingreso no puede permitirse contratar a alguien que la ayude o pagar un campamento de verano. Es administrativa y se siente “afortunada” por poder teletrabajar dos tardes a la semana, pero tampoco con eso alcanza, por lo que reclama más recursos y unas “políticas que realmente ayuden a conciliar”.
“Por las tardes me puedo organizar un poco mejor con el teletrabajo, pero las mañanas estoy desamparada, a merced de favores de terceros o de las redes de apoyo como la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS)”, explica Virginia a Infobae España, que asegura que las doce semanas de vacaciones de las que disponen los escolares en verano se hacen realmente complicadas para las familias monoparentales, que en España ya alcanzan casi los dos millones.
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Virginia puede recurrir a su madre de vez en cuando para que le eche una mano, pero esta a su vez cuida de su marido, una persona dependiente que está en silla de ruedas. Por eso en muchas ocasiones se ve “abocada a dejar sola a su hija”, que ahora tiene 11 años. “La conciliación no existe”, dice indignada al otro lado del teléfono.
Campamentos de verano
Aunque la menor ha tenido la “suerte” de conseguir plaza en alguno de los campamentos de verano y urbanos que ofrece el ayuntamiento de Madrid, Virginia recuerda que a las familias monoparentales les resulta mucho más complicado compaginar ese tipo de actividades con los horarios laborales o bien su precio resulta elevado, como es el caso de los que oferta la Comunidad –unos 150 euros por quincena–, más aún teniendo en cuenta “cómo ha subido todo”.
Pero más que el precio, para Virginia el principal inconveniente es la escasez de plazas, dada la elevada demanda, así como “los requisitos que penalizan a las familias monomarentales con un hijo frente a las numerosas o las que tienen dos”. Por ello desde FAMS piden más recursos públicos para atender a “todos los niños y niñas que lo necesitan” y que no solo accedan a estos servicios las familias que pueden pagarlo.
La Asociación solidaridad Madres Solteras de Madrid también organiza campamentos, tanto urbanos como externos, a los que en julio acuden unos 100 menores por quincena y en agosto unos 50.
Impacto psicológico para los menores
Este verano, a diferencia de otros, Virginia va a optar por dejar a su hija más tiempo en casa de sus abuelos. Quiere evitar así que la niña esté viajando “de aquí para allá con la maleta a cuestas, quedándose donde sus primas o amigos” porque esa opción tampoco es la más recomendable para la menor, asegura la madre. “Me es humanamente imposible llevarla de una casa a otra y eso tiene, además, un impacto psicológico muy negativo para ella porque no puede estar en su casa, con sus amigas del barrio o del colegio”, aclara.
Virginia, como tantas otras madres solteras, se siente “abandonada” por las administraciones y reclama la creación de unas políticas que “favorezcan realmente” la conciliación y nos las deje atrás, porque son sobre todo ellas, recuerda, las que se dedican fundamentalmente al cuidado de las personas. Critica, en concreto, al Gobierno de Madrid que lidera Isabel Díaz Ayuso por “vanagloriarse de proteger a las familias” cuando “no tiene en cuenta a las monoparentales”. “Hay que seguir conquistando derechos en ese sentido”, apunta.
Ley de Familias paralizada
También lamenta que como consecuencia del adelanto electoral al 23 de julio y la disolución de las Cortes Generales la Ley de Familias impulsada por el Gobierno central se haya quedado en el cajón. La norma consideraba a las familias monoparentales con dos hijos como numerosas, por lo que podían acceder a un mayor número de ayudas, y aunque en este caso Virginia se quedaba fuera por tener solo una hija, confiaba en que después en el período de enmiendas pudiera haber cambios significativos que ampliaran las opciones y les incluyera. Pero de momento no habrá ley, al igual que han quedado paralizadas otras muchas en tramitación.
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Desde la FAMS piden al nuevo Gobierno que salga de las urnas que retome la Ley de Familias y, en concreto, el reconocimiento a las monoparentales por el que tanto han luchado.
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