El 23 de junio de 2020 fue el día que el mundo de Ana Obregón se paró en seco. Su único hijo, Áless Lequio, fallecía a los 27 años a causa de un sarcoma de Ewing, un tipo de cáncer que afecta a los huesos o a la parte blanda que los rodea y que le fue diagnosticado dos años antes. Rota de dolor, la polifacética bióloga siguió viviendo teniendo siempre a su hijo presente, como un motor invisible que ha guiado todos los pasos que ha dado desde entonces.
Estos tres años que han pasado desde aquel momento no han sido nada fáciles para la actriz, quien ha llegado a reconocer que pensó en quitarse la vida en varias ocasiones. Poco a poco fue retomando la que era su rutina anterior y, aunque su sonrisa no brillaba como antes, Ana sacó fuerzas de donde no tenía para cumplir las últimas voluntades de su hijo, con quien estaba muy unida a quien acompañó hasta su último aliento.
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Vestida de riguroso luto, que en su caso estaba representado bien por el color negro o bien por el blanco, fue ampliando su agenda, pero siempre teniendo presente a su hijo. Especialmente en sus redes sociales, que se han convertido en una especie de altar del joven empresario, a quien homenajea siempre que tiene ocasión y a quien volverá a hacer protagonista este 22 de junio. Y es que este viernes Aless Lequio hubiera cumplido 31 años.
Una fecha que vivirá de un modo muy diferente a la del año pasado y es que ahora cuenta con un “rayo de luz”. En su deseo de cumplir las últimas voluntades de Aless, Ana ha conseguido a su vez tres motivos que le sacan una sonrisa.
El nacimiento de Ana Sandra, su nieta e hija biológica de Aless, nacida a través de un vientre de alquiler en Estados Unidos, es el principal motivo. La niña se ha convertido en el nuevo motor de su vida, tal y como ha desvelado en incontables ocasiones desde su nacimiento, el pasado 20 de abril. “Has llegado a mi vida como un angelito (...). He vuelto a respirar, sonreír y vivir gracias a ti. A las 8 esta noche prepararé una tarta de bibes que soplaremos con tu papá, tu bisabuela y bisabuelo que te cantarán cumple-meses feliz con amor infinito”, escribió en sus redes sociales con motivo del tercer mes de vida de la pequeña.
Y aunque los pañales y biberones se han convertido en el centro de su vida, Ana Obregón no ha dejado de lado en ningún momento los otros dos motivos por los que se levanta cada día y que además van de la mano. La novela El chico de las mariposas, un relato que comenzó a escribir Aless y que ella terminó de manera póstuma, es su proyecto más reciente.
Tras presentarla oficialmente el pasado 11 de junio, la actriz no ha dejado de promocionarla. No solo porque con su lectura se puede conocer un poco más los pensamientos de su hijo, también porque todo lo recaudado con su venta se destina a la Fundación Aless Lequio, su otro gran proyecto. Todo lo recaudado se destina de manera posterior a diferentes asociaciones que investigan el cáncer.
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