Las 14 lecciones que ‘Sálvame’ ha dado en 14 años y que pervivirán tras el final del programa

Este viernes 23 de junio es un día histórico en la televisión española. Sálvame se despide para siempre la audiencia tras 14 años en emisión en Telecinco, más de una década en la que el programa ha ocupado la franja vespertina de la cadena y ha marcado un antes y un después en la crónica social televisiva.

Con sus luces y sus sombras, el formato de La Fábrica de la Tele ha sabido adaptarse a los tiempos, reinventarse constantemente y sobrevivir a cambios de programación, movimientos en parrilla y alteraciones varias. Sin embargo, el cambio de ciclo en Mediaset España ha acabado definitivamente con el programa, que se va liderando las tardes y dejando para la posteridad 14 importantes lecciones como legado.

En estos 14 años, han sido infinitas las veces en las que los colaboradores de Sálvame han dicho “hasta luego, Maricarmen” y han abandonado el programa. Sin embargo, muchos han acabado regresando. Kiko Hernández, Belén Esteban, Kiko Matamoros o Terelu Campos han sido algunos de los veteranos que se han tomado un largo descanso para reflexionar, aunque todos ellos han vuelto tarde o temprano.

Que lo que hoy es blanco mañana puede ser negro es algo que ha quedado muy claro en Sálvame. En el programa se han visto reconciliaciones impensables como la de Mila Ximénez e Isabel Pantoja, se ha rescatado el caso Ylenia cada vez que ha sido necesario y hasta se ha sacado a la luz un polígrafo secreto de Lydia Lozano pese a que ella misma firmó que “nunca se iba a hablar” de ese asunto. Pero el falso ‘nunca’ más recordado de Sálvame será, sin duda, el de Aramís Fuster, que juró no regresar al programa y, al volver a sentarse poco después en un Deluxe, aclaró su veto asegurando que se refería “a Sálvame de tarde”.

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Agua con misterio, hijo de hospital, bar de lucecitas, irse a la playa, mortero o monedero... Sálvame ha estado creando durante 14 años un lenguaje propio que ha calado en sus espectadores hasta el punto en que el programa ha intentado que la Real Academia Española recoja algunos de esos términos en su diccionario. Ocurra o no, es innegable la contribución del espacio de Telecinco a enriquecer la lengua castellana con metáforas y eufemismos que pervivirán más allá del final del programa.

El concepto de verdad, en un programa como Sálvame, es voluble y relativo. Sin embargo, en estos 14 años ha habido una figura que se ha encargado de que la verdad siempre acabe prevaleciendo: Conchita ‘la poligrafista’, quien ha sometido a sus cables a cientos de invitados, entre ellos a varios colaboradores que incluso han repetido, siendo Kiko Matamoros el rey indiscutible del ‘Poli’.

No importa el tiempo que pase, cualquier trama que haya surgido en Sálvame es susceptible de volver a la actualidad. El mencionado caso Ylenia es el ejemplo más claro de polémica que no prescribe, pero ha habido otros como el conflicto entre Belén Esteban y Jesulín de Ubrique, el tormentoso divorcio entre Víctor Sandoval y Nacho Polo o la guerra entre Terelu Campos y Pipi Estrada.

Pese a las constantes disputas internas que han generado miles de horas de trama en el formato, lo cierto es que en las ocasiones en que ha hecho falta, el equipo de Sálvame se ha mostrado como una piña. La muerte de Mila Ximénez o la propia cancelación del formato son algunos de los ejemplos más recientes.

En el mundo del corazón, el amor es uno de los elementos centrales de la actualidad. Sálvame no ha sido menos y sus colaboradores han vivido todo tipo de experiencias amorosas. Kiko Matamoros se ha casado, divorciado y vuelto a casar estando en el programa, Belén Esteban se divorció y también ha vuelto a pasar por el altar en estos 14 años, Anabel Pantoja apenas estuvo cuatro meses casada, se enamoró de nuevo en Supervivientes y rompió poco después. Pero, sin duda, la historia de amor que ha marcado la recta final del programa es la de Kiko Hernández y Fran Antón, que se casarán en septiembre tras meses ocultando su relación.

Sálvame ha roto las barreras de la televisión y ha hecho partícipes a sus espectadores de todo lo que hay más allá de un decorado. Cualquier sitio al que pueda llevarse una cámara ha sido apto para ejercer como plató del formato. Los camerinos, los pasillos de Telecinco, la calle aledaña a las instalaciones de la cadena o bar La Muralla serán por siempre parte de Sálvame.

En 14 años, son muchas las cosas que cambian en televisión. Por este motivo, Sálvame ha tenido que renovarse constantemente para sobrevivir creando nuevas versiones, remodelando su plató, alterando su duración o adaptándose al nuevo código ético de la cadena que le impide hablar de varios famosos, hitos suman todavía más mérito a su trayectoria.

Los disfraces han formado parte de algunos de los momentos más divertidos de la historia de Sálvame. Superhéroes, villanos, personajes históricos, obras de arte... los colaboradores han tenido que caracterizarse de infinitas temáticas en estos 14 años, algunos con más alegría que otros, pero ninguno con tan pocas ganas como Mila Ximénez, quien odiaba disfrazarse y siempre lo hacía a regañadientes, dejando para la posteridad desternillantes escenas en directo.

La audiencia ha tenido un gran protagonismo a lo largo de la historia de Sálvame. En estos 14 años, los espectadores han podido tomar decisiones importantes, han abierto las puertas de sus casas a las cámaras del programa y hasta han contado con su propia sección, ‘El defensor de la audiencia’, en la que María Teresa Campos, Kiko Matamoros, Carlos Lozano y Rocío Carrasco se han hecho eco de las reclamaciones, quejas y sugerencias de los televidentes.

La figura del ‘vecino traidor’ ha dado mucho juego en los 14 años de emisión de Sálvame. Lydia Lozano, Anabel Pantoja, Belén Esteban, Terelu Campos o Laura Fa han sido víctimas de los indiscretos residentes colindantes a sus casas. En el caso de la de Paracuellos, incluso acabó llevando a los tribunales a su vecino traidor por asegurar que tenía una hermana secreta.

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María Patiño ha hecho suyo el título de una canción de Manuel Carrasco para ser precursora de una frase que ha empleado en inspiradores discursos. Ante las adversidades, la presentadora siempre ha aplicado su filosofía: “Decir ‘te quiero’ a gritos, decirlo siempre y nunca cansarnos, porque es importantísimo. El día que deje de soñar, me vendré abajo. (...) Aunque tengamos momentos de debilidad y nos sintamos impotentes, es el momento para venirnos arriba y seguir diciendo ‘te quiero’. Nunca, jamás, dejes de soñar”.

“Sálvame vivirá siempre porque vuestro apoyo nos hace eternos y el final es su principio”. Con esa frase escrita en las camisetas de los colaboradores arrancaba la última Sálvame Fashion Week. Y es que el legado del programa pervivirá en el tiempo a través del recuerdo de distintas generaciones, algo que saben bien todos los miembros de un equipo que, hace justo dos años, tuvo que despedirse de Mila Ximénez y ha mantenido vivo su recuerdo porque solo muere lo que se olvida.

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