Los resultados del 28M han abierto el telón de un escenario político que pone en un primer plano a los candidatos autonómicos. La precampaña de las generales no ha eclipsado los pactos autonómicos, que de hecho están teniendo una participación clave en la misma. Así, en este primer acto del 23J, se empiezan a reconocer los papeles revelación, los protagonistas y los secundarios, que como en cualquier trama que se precie, explotan su relato para tomar posición en el desenlace final del nuevo Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo.
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En este punto, María Guardiola ha tomado la delantera con un rechazo claro y contundente a formar gobierno con Vox, una posición que Génova nunca ha querido fijar. El ‘no’ de la candidata extremeña, que ya suena como la ‘baronesa roja’ del PP, ha puesto en la cuerda floja a la Dirección Nacional, que ha tenido que hacer equilibrismos para defender su posición y la contraria al mismo tiempo.
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Y es que Carlos Mazón, el candidato de la Comunidad Valenciana, pactó un gobierno de coalición con la ultraderecha una semana antes, además de un acuerdo programático que compraba el discurso de Vox respecto a la violencia machista, reduciéndola a violencia intrafamiliar. Feijóo intentó salir del paso con una decisión que parecía salomónica, pero que realmente dejaba en peor posición a Guardiola: la inclusión o no de Vox en los gobiernos dependería de sus resultados electorales.
Pero el siguiente giro de guion no tardó en llegar. El jueves entraron otros dos actores en escena para enredar un poco más la trama. El portavoz de campaña del PP, Borja Sémper, endureció el discurso de Feijóo contra Vox. Aseguró que, al igual que con Pedro Sánchez, no se dejaría “contaminar” por Abascal, a quien advirtió de que no iba a dar un paso atrás en su lucha contra la violencia machista. “No es incompatible tener discrepancias y llegar a acuerdos con el discrepante, pero no a cualquier precio, no al precio de convertirte en algo que no eres”, dijo Sémper.
Al mismo tiempo, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pronunciaba su discurso de investidura desde la Asamblea de Madrid en el que tendió la mano a la ultraderecha tras las elecciones del 23 de julio para el “cambio de rumbo” que necesita España. La baronesa madrileña lanzó así un mensaje al líder nacional, para señalarle que su política de pactos debe pasar por Vox en el caso de ser necesarios.
De esta forma, ambas baronesas ponen entre la espada y la pared a Feijóo, que tiene que hacer malabares para que dos discursos disonantes no condicionen al PP de cara al 23J, pero tampoco los gobiernos autonómicos que ahora codician los ‘populares’. En cualquier caso, Feijóo se verá primero con Isabel Díaz Ayuso, ya que este viernes toma posesión para revalidar su cargo de presidenta madrileña, y también coincidirá con Carlos Mazón. Así, los tres dirigentes se reencontrarán en medio de la polémica territorial por los pactos con Vox.
El líder del PP asistirá al acto de la Real Casa de Correos para apoyar a Ayuso, convirtiéndose así en la primera toma de posesión a la que acude tras el 28M, y la segunda de un presidente autonómico del PP, puesto que hace un año estuvo en la de Juanma Moreno. Será la primera parada de un recorrido autonómico aun sin cerrar en Extremadura.
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