Los errores históricos de ‘Titanic’ que se le pasaron por alto a James Cameron

La película que protagonizaron Leonardo DiCaprio y Kate Winslet ya forma parte de la historia del cine, pero para ello tuvieron que sacrificar algunos elementos de la historia real del buque

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(20th Century Fox)
(20th Century Fox)

El Titanic se he vuelto a convertir en protagonista esta semana, y no precisamente porque hayan anunciado una secuela de la película o incluso un remake. Nada más lejos del deseo de todos los fans de la película de 1997, porque lo que está sucediendo es la desaparición del Titán, el submarino de la empresa OceanGate que tenía la misión de adentrarse en las profundidades del mar para enseñar a sus exclusivos invitados el hundido Titanic. Un viaje apacible e ilusionante que, como la película, se ha convertido en una más que posible tragedia en cuestión de horas.

Lo que no todos saben es que el Titanic hacia el que se dirigían los tripulantes del submarino no es exactamente del todo como el que filmó el director James Cameron para la película. No solo por temas que han dado la vuelta al mundo como si Jack cabía en la tabla, sino también por ciertas inexactitudes históricas en el transatlántico y sus interiores que los expertos se han encargado de exponer desde el mismo estreno de la película. Aquí repasamos algunas de ellas:

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Los cuadros de la discordia

Una de las grandes polémicas que rodeó a Titanic prácticamente desde su estreno y que sembró la confusión entre muchos espectadores fue la aparición de una serie de cuadros. Pinturas tan históricas como parte de la serie Nenúfares de Claude Monet o Las señoritas de Avignon de Pablo Picasso podían ser vistas en dentro de la colección de arte que atesoraba Rose (Kate Winslet) en su camarote. No solo estos cuadros no terminaron al fondo del océano -ambos se pueden encontrar en el Museo de l’Orangerie en París y en el MOMA en Nueva York, respectivamente- sino que además le costaron al bueno de James Cameron una demanda por haberlo mostrado sin ningún tipo de derecho.

El cuadro de Picasso que
El cuadro de Picasso que aparecía en 'Titanic'

El oficial Murdoch

La multa a causa del Picasso no fue la única afrenta que tuvo que saldar James Cameron por sus deslices narrativos. Fue mucho mayor la que tuvo que pagar por difamar al oficial William Murdoch, el marino que se suicidaba hacia el final de la película después de disparar a sangre fría a uno de los amigos de Jack (Leonardo DiCaprio) que intentaba subirse a los botes salvavidas. Aquel personaje, que estaba interpretado por el actor escocés Ewan Stewart, estaba basado en el histórico oficial del buque de mismo nombre, pero que ni fue extorsionado por el novio de Rose, ni disparaba a un tripulante ni mucho menos terminaba quitándose la vida.

El verdadero oficial Murdoch murió de un fuerte golpe sufrido por uno de los botes salvavidas, cuyas cuerdas atrancadas intentaba cortar con un cuchillo. La sobrina de Murdoch fue una de las indignadas a este respecto, y por ello interpuso una demanda por difamación contra James Cameron para limpiar la memoria de su tío, que murió intentando salvar la vida de muchas personas del Titanic.

Jack y sus anacronismos

Como cabría esperar en una película tan llena de detalles -y sobre todo tan larga-, Titanic está llena de pequeños anacronismos, la mayoría de ellos en pequeñas inexactitudes históricas. Muchas de ellas se concentran en el personaje de Leonardo DiCaprio, Jack. De entrada, en la película el joven menciona que se cayó al lago Wissotta de pequeño cuando ese lago no existió hasta 1917 -recordemos que la película se ambienta en 1912. Tampoco los cigarrillos que fuma Jack existían por aquella época, pues los que llevan filtro no se inventaron hasta 1925. Hasta uno de los dibujos que se puede ver en su cuadernillo es de otra época mucho más lejana, pues la niña pequeña en brazos de un hombre que dibujó está sacada de una fotografía de 1989 obra de la fotógrafa Sally Mann, aunque en este caso el propio James Cameron confesó que era un error intencionado para rendir homenaje a la artista.

Un final, ¿para la historia?

Quizá por lo precipitado del accidente, quizá por la cantidad de cosas que sucedieron en aquellos últimos momentos antes del fatídico hundimiento, pero es hacia el final de la película cuando más errores históricos se concentran en Titanic, la mayoría de ellos de bulto todo sea dicho. Por ejemplo, se tiene constancia de que la orquesta del Titanic continuó tocando, pero hay discrepancias en cuanto a la canción que estaban interpretando. James Cameron usó Nearer my god to thee tal y como afirmaban los periódicos, pero la mayoría de los supervivientes del naufragio afirmaron que se trataba del vals Canción de otoño.

Una de las licencias más deshonrosas que se tomó Cameron en pos del espectáculo es cuando los pasajeros de tercera se ven encerrados para que se puedan salvar los ricos, algo que jamás se dio en la realidad. El hecho de que se salvaran más pasajeros de segunda y primera se debe simple y llanamente a que sus camarotes estaban más cerca de los botes salvavidas y por ello pudieron llegar antes a la zona y embarcar primero. En cualquier caso, lo que está claro es que James Cameron y su equipo hicieron todo el trabajo de documentación posible, pero a veces resulta casi imposible ser lo más fiel posible a la realidad. En su lugar dejaron una película con ciertas inexactitudes históricas, pero para el recuerdo en la historia del cine.

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