El pasado 9 de junio se estrenó en Netflix Baraja: la firma del asesino, una docuserie de tres episodios que aborda los crímenes cometidos por Alfredo Galán Sotillo, uno de los últimos serial killers de nuestra historia reciente que terminaría conociéndose como ‘el asesino de la baraja’, ya que siempre dejaba en la escena del crimen un naipe de copas.
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Precisamente ahora se cumplen veinte años de unos hechos, que tuvieron, como no podía ser de otra manera, una exhaustiva cobertura mediática, dadas las características escabrosas de un caso que conmocionó a la opinión pública y generó una enorme alarma social.
La futura reina haciendo seguimiento del caso
En aquella época Letizia Ortiz todavía se encontraba ejerciendo la profesión de periodista en la cadena pública, donde se incorporó en el año 2000 para ir pasando por diferentes puestos para terminar presentando primero la edición matinal y, después, la segunda edición del telediario de Televisión Española antes de que se anunciara su compromiso con el futuro rey Felipe VI.
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Uno de sus cometidos era el de reportera y uno de los casos que le tocó cubrir fue precisamente el del ‘asesino de la baraja’, en concreto su quinto asesinato, que tuvo lugar en Arganda del Rey. Por eso, el documental dirigido por Amanda Sans, recoge las imágenes de una joven Leticia Ortiz, micrófono en mano, en la escena de los hechos para informar a los televidentes sobre el asesinato de las dos últimas víctimas del serial killer, el matrimonio formado por George y Doina Magda, una pareja de inmigrantes búlgaros. Ambos fueron tiroteados a corta distancia con una Tokarev, el modus operandis de Galán Sotillo y, aunque la mujer estuvo durante dos días en estado crítico, terminó falleciendo.
El fragmento de la futura reina se encuentra inserto en Baraja: la firma del asesino, y data de principios de marzo de 2003, unos meses antes de que su vida cambiara por completo, ya que ese mismo noviembre la Casa Real anunciaría su compromiso matrimonial por el entonces príncipe de España, que terminaría con la boda en mayo de 2004.
La aparición de la reina Letizia en su faceta como reportera no ha pasado desapercibida para los millones de espectadores que se han acercado a este true crimen de Netflix, que se encuentra desde su estreno entre los más vistos de la plataforma.
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