En 2014, dos directores desconocidos, Chad Stahelski y David Leitch firmaron una película que pasó absolutamente desaparecida, no se estrenó en cines en nuestro país y fue directamente a VOD. Fue considera algo así como un subproducto de acción, pero aquello era mucho más y el tiempo se encargaría de reivindicarla hasta generar no solo una franquicia a su alrededor, sino que también ha sido capaz de reformular el género y llevarlo a cuotas desconocidas.
Esa primera película nos presentaba al personaje de John Wick (Keanu Reeves), un hombre destrozado tras la muerte de su esposa que únicamente tiene como consuelo al perro que ella le dejó. Pero su aparentemente vida tranquila se sacudirá por completo cuando el hijo de un mafioso entre en su casa, le de una paliza y mate a su cachorro. A partir de ese momento, conoceremos quién es en realidad John Wick a través de su pasado, cómo durante mucho tiempo perteneció a una organización criminal secreta convirtiéndose en su mejor asesino a sueldo, aunque decidió cambiar de vida por amor y abandonar esa vida de violencia Pero ahora, después de lo del perro...quiere venganza.
¿Qué virtudes tenía ‘John Wick’ para convertirse en un hito?
En primer lugar, el regreso de Keanu Reeves por la puerta grande, de nuevo convertido en un héroe de acción cool después de Matrix. En segundo lugar, que nos encontrábamos ante un noir ultra estilizado, absorbente, repleto de unas coreografías de acción originales y repletas de hallazgos que contribuían a elevar su condición de explotation a una nueva dimensión gracias a su refinamiento expresivo.
Ocurrió lo impensable, que se hiciera una segunda parte, en esta ocasión ya solo con Chad Stahelski al frente, titulada Pacto de sangre. Y a partir de ahí, el fenómeno comenzó a crecer. La película tenía la particularidad de llevar más allá el esquema original para sentar las bases de un universo subterráneo que tenía sus propias reglas, en lo que ha terminado por denominarse el ‘Wickiverso’. El Hotel Continental, las deudas de sangre, la Alta Mesa y todo un sinfín de términos que solo tienen sentido en ese mundo que poco a poco comenzó a expandir sus confines.
Te puede interesar: Los errores históricos del Titanic que a James Cameron se le pasaron por alto
En John Wick 3: Parabellum, se siguió expandiendo su mitología, pero cada vez de forma más espectacular, con set-pièces de un virtuosismo realmente suntuoso, casi operístico. Nunca hay lugar para el descanso en la franquicia, como si toda ella se moviera a través de una fuerza propulsora hiper acelerada. Hordas de asesinos, una espiral de exceso y escenarios de dimensión épica.
Una cuarta entrega definitiva
Ahora llega a Amazon Prime la cuarta parte, que se ha convertido en un fenómeno en la taquilla en nuestro país, con más de cuatro millones de euros y casi 700.000 espectadores y que incluso por la crítica ha sido considerada como una obra maestra dentro del cine de acción.
¿Por qué? Porque es un auténtico non-stop, su clímax es constante, su sentido del humor siempre está presente, por lo que resulta muy autoconsciente. Y, además, recupera la tradición hard-boiled, hay referencias a la acción hongkonesa, al spaguetii wéstern, al cine de samuráis, todo ello a través de coreografías perfectamente diseñadas para captar cualquier movimiento de forma precisa y limpia.
Te puede interesar: El accidentado rodaje de ‘Misión Imposible: Sentencia mortal’
A lo largo de la saga hemos tenido la oportunidad de ver a un buen número de rostros que han acompañado a Keanu Reeves: Anjelica Huston y su escuela de bailarinas, el mítico Mark Dacascos como pérfido sicario, Ian McShane y su presencia totémica, Lawrence Fishbure que se reencuentra con Reeves tras Matrix, Halley Berry convertida en reina del desierto. Y, en John Wick 4 aparece el experto en artes marciales Donnie Yen o Bill Skarsgaard, también el japonés Hiroyuki Sanada y la española Natalia Tena, que continúa su recorrido internacional después de Juego de tronos.
Además, ya se ha confirmado que Ana de Armas protagonizará ‘sin-off’, Ballerina, que se encargará de ampliar este fascinante universo.
Seguir leyendo: