Nacho Palau se ha pronunciado sobre la sentencia que da la razón a Miguel Bosé en la lucha por la filiación de los cuatro hijos que la pareja tuvo en común. El escultor ha concedido una entrevista en la que cuenta cómo se siente tras este varapalo judicial y, además, desvela detalles sobre su relación con el artista y cómo su actitud cambió al cabo del tiempo, convirtiéndose en una persona totalmente irreconocible para su marido.
En conversación con la revista Lecturas, Palau confiesa sentirse “decepcionado y triste” después de que el Tribunal Supremo haya rechazado su recurso para que se reconozca que él y Miguel fueron padres de cuatro hijos. “Es incongruente que la Justicia reconozca que ha habido un proyecto de familia y que legalmente no lo hagan posible”, asevera.
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Después de que la Sala de lo Civil del alto tribunal dictaminara que la convivencia de Miguel y Nacho durante casi tres décadas “no es suficiente para establecer una filiación el mero vínculo socio-afectivo de los menores entre sí y con quien fue la pareja de su respectivo padre”, la expareja del cantante alega que “todo el mundo ha oído decir a Miguel que tenía cuatro hijos”.
“Hay un montón de pruebas. Los niños se quieren como hermanos que son. Somos papá Miguel y papá Nacho”, añade el que fuera concursante de Supervivientes, que ya se ha recuperado del cáncer que sufrió. Además, el escultor ha sacado a la luz algunos de los aspectos más oscuros de la personalidad de Bosé.
“Se volvió maníaco”
Según narra el exmarido del artista en esta entrevista, Miguel “se volvió maníaco, obsesivo y dictatorial”. Así, asegura que en la educación de sus hijos “todo se tenía que hacer como él decía”. Y añade: “Era complicado. No me enamoré de ese Miguel en absoluto”.
El escultor considera que su expareja “debería haber sido un poco más humilde” y “pensar en los demás”. Pese a ello, Palau afirma que “jamás” ha hablado mal de Miguel a sus hijos, aunque sí reconoce que le preocupa lo que está sucediendo porque los niños, que ya tienen 10 años, “se van enterando” de todo lo que pasa en su familia. “Se van haciendo mayores y oyen campanas en el colegio. Yo les escurro un poco el bulto. Los niños creen que viven separados porque papá Miguel tenía que trabajar en México y alguien se tenía que ir con él”, explica.
Tras el respaldo del Supremo a Miguel Bosé, el valenciano confiesa que lo que más le duele es tener que ver a los dos hijos del cantante, a los que considera también sus hijos, a través de una pantalla. “Cada vez que hacemos una videollamada con los niños se me rompe el corazón”, lamenta.
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