La calidad del aire empeora en España: Barcelona vuelve a superar el límite legal de contaminación y Madrid lo iguala

Según el informe de Ecologistas en Acción, el 92% del territorio español estuvo expuesto el año pasado a unos “niveles insalubres de contaminación”

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Capa de contaminación sobre Madrid
Capa de contaminación sobre Madrid desde el Cerro del Tío Pío.

El cambio climático, el exceso de tráfico y las emisiones de contaminantes a la atmósfera son algunas de las principales causas por las que la calidad del aire empeoró en España en 2022 respecto a los dos años anteriores. Así lo indica el informe anual sobre la calidad del aire elaborado por Ecologistas en Acción en el que se concluye que la totalidad de la población y el 92% del territorio español estuvo expuesto el año pasado a unos “niveles insalubres de contaminación”.

Ese incremento de la contaminación por partículas por dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono supone un incremento de la mortalidad ocasionada por la contaminación atmosférica, que en España causa al año unas 25.000 muertes prematuras por enfermedades agravadas por mala calidad del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente. Pero a pesar de que los datos son preocupantes, denuncia Ecologistas en Acción,“no se está abordando como un problema de primer orden”.

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“Las autoridades no están tratando el problema de la contaminación en relación a su importancia desde el punto de vista sanitario, pero es la principal causa de muerte ambiental a nivel mundial, pues uno de cada diez fallecimientos está relacionado con la elevada contaminación”, indica a Infobae España Miguel Ángel Ceballos, coordinador del estudio sobre calidad del aire de la organización ecologista, que advierte que las elevadas temperaturas y la sequía prolongada que atraviesa España “no ayudan a reducir los niveles de contaminación”.

El informe, elaborado en base a los datos recogidos en 780 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el país, también indica que cuatro de cada cinco españoles respiraron en 2022 un aire que “incumpliría los nuevos estándares legales propuestos por la Unión Europea para 2030″.

El caso de Barcelona

La situación es especialmente preocupante en ciudades como Barcelona, que “ha vuelto a superar el límite legal anual” de contaminación por dióxido de nitrógeno que fija la Unión Europea, mientras que Madrid lo igualó y otra treintena de zonas también rebasaron los objetivos de las partículas y el ozono, según indica la organización, al tiempo que recuerda que el Tribunal Europeo de Justicia ha condenado España por el “incumplimiento reiterado y sistemático” del límite anual de ese contaminante en ambas ciudades.

Contaminación y nubes sobre el
Contaminación y nubes sobre el cielo de Barcelona.

A pesar de que Barcelona cuenta con una zona muy amplia de bajas emisiones que abarca unos 80 km cuadrados, recuerda Ceballos, “el resultado no ha sido el deseado porque las restricciones de acceso de vehículos son muy laxas” y la ciudad debería ser “más estricta” si quiere cumplir con límites legales vigentes y con los que entrarán en vigor próximamente, que serán más exigentes, advierte.

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Ya hace medio año que venció el plazo para que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, pero “apenas son diez las que han cumplido esta obligación legal pese a los abundantes fondos públicos que están recibiendo para ello”, explica Ceballos. “Hay una desidia bastante importante por parte de las autoridades locales para implementar esta medida esencial para reducir la contaminación”, opina el experto. Las administraciones, añade, tienen por tanto un importante reto por delante en los próximos años.

Hay alternativas

Ante este panorama, Ecologistas en Acción asegura que la única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, “potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio”. La organización también apuesta por promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles y reducir el uso del avión, entre otras medidas.

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